febrero 26, 2012

Chávez y la orfandad de su revolución

Hugo Chávez es el único responsable si su partido queda huérfano para las elecciones de octubre. Su forma personalista, autoritaria y mesiánica de mandar lo ha convertido en la única figura de su movimiento revolucionario capaz de ofrecer una posible victoria. Quienes le siguen en el mando, así sea el vicepresidente, el líder el Congreso, Diosdado Cabello, su hermano gobernador o el ministro de Comunicación, Andrés Izarra, están a años luz de poder equipararse con su liderazgo.

Una vez más en La Habana y con un cáncer que todos los rumores indicaban que era agresivo, muchos en Venezuela ya se preguntan qué pasaría si Chávez no sale victorioso de su peor batalla. El viernes cuando se fue de Caracas, mientras miles de simpatizantes y presidentes colegas lo saludaban, siguió con su perorata arrogante y endiosaba diciendo que su vida ya no le pertenecía sino que vivía con los revolucionarios y la revolución, obviamente de la que excluye a una gran cantidad de venezolanos.

Chávez nunca fue presidente ni gobernó para Venezuela. Lo hizo para su propio proyecto, para sus sueños de grandeza, para inmortalizarse en la historia, ni siquiera para los ideales de la revolución que pregona. Chávez es Chávez, solo eso, y es tan minúsculo como otros dictadores lo fueron para sus países. Su arrogancia y egoísmo le hicieron creer que superaría a los tiempos y a las enfermedades que los demás mortales sufrimos, por eso se olvidó de un detalle que cualquier buen estadista tendría a la hora de organizar su revolución: prepararía y dejaría espacio a sus segundos de mando.

Chávez es él y sin él, no le interesa nada, ni su propia revolución.

Tumores y propaganda

RICARDO TROTTI: Tumores y propaganda - Opinión - ElNuevoHerald.com

febrero 24, 2012

Lobo y el tiro por la culata


Al presidente Porfirio Lobo le salió el tiro por la culata. Desde que hizo su presentación en la inauguración de la tercera legislatura, había dicho que desde un seminario que organizaría sobre libertad de expresión, emergerían los lineamientos para preparar un proyecto de ley de prensa que enviaría en marzo al Congreso.

Esperaba, según se pudo percibir de sus declaraciones posteriores, que surjan lineamientos concretos para disciplinar a los medios de comunicación o, al menos, que los obligue a que sean más responsables. Su idea, en especial por diferencias que mantiene con los medios, propietarios y periodistas, tiene que ver mucho por su alergia a las críticas y al disenso.

Lo de Lobo es peligroso, como ya comenté en post anteriores en este blog, considerando la experiencia de otros presidentes de la región cuya prédica intencionada contra los medios fue escalando hasta convertirse en leyes restrictivas. De ahí que Lobo haya empezado a tratar de dividir al periodismo, criticando a dueños y editores y alabando a periodistas, como en su momento hicieron Hugo Chávez, Rafael Correa y Cristina de Kirchner para justificar luego sus acciones en contra de toda la prensa.

Bueno, finalmente la reunión se hizo el miércoles pasado y, desde el punto de vista de la libertad de prensa, se esperaba lo peor. Pero no fue así. El evento se llamó "Libertad de Expresión: El Derecho a saber, Honduras, 2012", y fue auspiciado por el Programa Libertad de Expresión del Centro de Estudios para la Democracia Popular (Cedepu), de Chile, en coordinación con la Organización de Desarrollo Étnico Comunitario (Odeco), así como por la oficialista Secretaria de Justicia y Derechos Humanos, la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afrohondureños (Sedinafroh), Naciones Unidas y el Gobierno hondureño en general.

En definitiva digo que a Lobo le salió el tiro por la culata, porque creo que las recomendaciones del grupo están muy distantes de lo que el pretendía, especialmente porque están más destinadas a marcar la responsabilidad que le cabe al Estado y al gobierno para proteger y respetar la libertad de prensa, que para facilitar la censura que el gobierno quisiera hacer de los contenidos de los medios.

Entre esas recomendaciones, se destacan las siguientes: continuar las investigaciones inconclusas de casi una veintena de casos de periodistas asesinados; que se estipulen normas legales para regular los gastos del gobierno en materia de publicidad oficial; reformar la ley de telecomunicaciones; prohibir las cadenas radiales y de televisión que solo tengan como fin la propaganda gubernamental; incentivar la adopción y el uso de códigos de ética en los medios; así como propender una mayor profesionalidad periodística mediante entrenamiento continuo y multidisciplinario.

Lobo dijo luego de este foro que la próxima semana otro grupo de organizaciones no gubernamentales podrían estar redactando un proyecto de ley, y que cualquiera que se adopte tendría que ser primero discutida y consensuada.

Creo que Lobo está confundiendo las cosas y ante el desconocimiento piensa que la mejor opción es regular. Está equivocado.

Lobo debe distinguir que los medios (lo que le disgusta) y la libertad de prensa no son la misma cosa. Que los medios entre sí, tampoco tienen la misma naturaleza, una cosa es administrar el éter, que es finito, para lo cual debe otorgar licencias a la televisión y de radio (no olvidar que sobre sus espaldas tiene el conflicto de Canal 8 que el gobierno se guardó para sí, cuando la Corte Nacional ya le había entregado la concesión a Elías Asfura) y otra cosa es imponer una ley con los mismos criterios para los medios escritos y el internet, ambos de naturaleza infinita.

En Honduras, como en muchos países, los gobiernos siempre están tentados a echarle la culpa a los medios o a su sensacionalismo. Pero en verdad, si bien también existen abusos mediáticos, la corrupción y la inseguridad pública no empeoran porque los medios la reflejen, sino cuando el gobierno no toma las medidas correctivas.

Está probado que la imposición de leyes para disciplinar a los medios son la primera fase para limitar la libertad de prensa y la libertad de expresión. Lo mejor que podría hacer Lobo es dejar este proyecto de lado, especialmente ahora que está caliente; del enojo surge siempre la represalia y la venganza, aspectos que no merecen ser tomados en cuenta en esta discusión.

Ya basta! Pide campaña pro Correa

Como a muchos que venimos escribiendo sobre los abusos de Rafael Correa contra la libertad de prensa, debido al sonado caso del juicio y sentencia contra los periodistas de El Universo, nuestras casillas de correo electrónico se han saturado con miles de e-mails que piden que se detenga el ataque contra el presidente.

Así como en twitter a través del #correistas y a través de cartas que saturan cuentas de mail, quienes se identifican como correístas dan largas explicaciones en su carta enviada a los medios de comunicación, asociaciones de derechos humanos y de libertad de prensa, sobre las bondades y progreso democráticos que Rafael Correa ha traído para Ecuador en los años de su gobierno y consideran que es injusto que se le critique o se le ataque.

Lo que esta gente no entiende, es que nadie está atacando a Correa por lo bueno o malo que ha hecho en terrenos de educación, salud, equidad social, economía o cualquier otra disciplina. Lo que se condenó y criticó fue que haya manipulado la justicia – hay irregularidades comprobadas y denunciadas sobre el proceso judicial, hasta la primera jueza del caso exiliada ahora en Colombia denunció intentos de sobornos para fallar a favor del mandatario – para que se condene a cuatro periodistas a pagar tres años de cárcel y a pagarle 40 millones de dólares en indemnización por una columna de opinión, sobre las que ya di amplio detalle en este foro.

En realidad es Correa con su verborragia el que ha provocado todo el alboroto y que las asociaciones y medios internacionales hayan salido en defensa de los periodistas. Correa ha internacionalizado el problema.

febrero 22, 2012

Correa anuncia ¿cerrar juicio?

Aunque no fue explícito, el presidente ecuatoriano Rafael Correa anunció esta noche en conferencia de prensa que ha tomado una decisión sobre el juicio que mantiene en contra de tres directivos y un ex columnista del diario El Universo, que dará a conocer en los próximos días a través de una carta dirigida al pueblo.

La conferencia fue convocada por él y el canciller Patiño para protestar por las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió anoche a favor de los periodistas condenados, quienes deberán pagarle 40 millones de dólares en indemnización y tendrán que purgar tres años de cárcel.

Seguramente, como adelanté en mi columna y varios posts en este blog, el presidente Correa anunciará que perdona y que todo queda en foja cero, en realidad se trata de una medida previsible desde el año pasado cuando ganó en primera instancia. Satisfecho porque la justicia le dio la razón y porque su dignidad fue restablecida, busca tener una actitud magnánima que le permita mirar mejor hacia las próximas elecciones.

La conferencia de prensa de hoy desnudó algo que se viene reclamando desde siempre en este juicio. Las medidas cautelares fueron dirigidas al Estado de Ecuador, pero el presidente Correa las recibió como una afrenta directa a su gobierno y actuó en consecuencia rechazándolas porque afectan su proceso judicial, algo que representa un conflicto de interés interesantísimo, máxime cuando él siempre dijo que demandó como ciudadano común y no como Presidente, lo que en realidad no fue cierto porque usó todos sus privilegios como mandatario.

Habrá que ver qué pasa si perdona. Porque por más que perdone los periodistas han sido y se sienten condenados y pueden buscar resarcir sus daños. La carta de Correa si va en esa dirección, tendrá que ser muy cuidadosa.

Cautelares: medida salomónica

Ayer, bien entrada la noche, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares a los directivos y un ex columnista del diario El Universo – Carlos, César y Nicolás Pérez y Emilio Palacio – solicitando al gobierno de Ecuador a suspender la sentencia en su contra de 40 millones de dólares en indemnización a favor del presidente Rafael Correa y tres años de cárcel para los cuatro periodistas.

La noticia es muy buena, pero no tanto; es más bien salomónica. Las medidas cautelares piden al gobierno suspender la sentencia solo hasta que ambas partes en conflicto se sienten frente a frente en una audiencia el 28 de marzo en la sede de la CIDH. A partir de ahí, la CIDH decidirá si sostiene o elimina esas medidas.

Las medidas de la CIDH no son obligatorias, así que habrá que esperar que decidirá el gobierno hoy, si las acepta o las ignora. Lo más seguro y prudente es que las acepte, en el espíritu del presidente Rafael Correa que la semana pasada tras la ratificación de la sentencia por parte de la Corte Nacional, dijo que podría perdonar a los infractores.

Creo que más allá de lo bueno que aparentan estas medidas no son del todo buenas como si lo hubiera sido que se otorguen sin condicionamiento de la reunión, condenando de pleno el serio atropello a la libertad de prensa que significó el fallo judicial.

Creo que la salida de la CIDH fue salomónica. Los comisionados no están todos muy de acuerdo con las medidas, algunos consideran que el proceso judicial todavía no ha terminado, alguno que otro simpatiza con el gobierno y por lo tanto buscar la reunión del 28 de marzo parecía destrabar el desencuentro entre los comisionados, algunos de los cuales no tiene duda de que se trata de un grosero atropello a la libertad de expresión de los condenados.

Salomónica es también porque la CIDH quiere enviar un mensaje todavía no muy fuerte a Correa, quien fue el autor de varias iniciativas en contra del cuerpo gubernamental, exigiendo a través del Consejo de la OEA, mayor eficiencia y transparencia de presupuestos y otros argumentos para limitar el accionar de la Relatoría Especial de Libertad de Expresión, en represalia por la sesión de octubre pasado donde los comisionados escucharon con atención las denuncias de los periodistas y escritores del libro El Gran Hermano, en el que se revelan actos de corrupción y nepotismo entre el gobierno y el hermano mayor del Presidente, Fabricio Correa.

Hoy habrá que estar atentos no solo a la respuesta del gobierno ecuatoriano, sino también a qué sucederá con Carlos Pérez que después que el jueves pasado el gobierno de Panamá le otorgó asilo político, está todavía en la sede de la embajada panameña en Quito a la espera del salvoconducto que tiene que librar la Cancillería ecuatoriana para que se consuma el acto. En caso de que el gobierno acepte, es probable que los motivos del pedido de asilo no tengan tanta validez; aunque tampoco le será muy fácil a Carlos abrir la puerta para entrar a suelo ecuatoriano.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...