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febrero 07, 2014

America The Beautiful, nacionalismo y Coca Cola

Pasado el aburrido Super Bowl del domingo pasado, quedaron para el entretenimiento las listas de las 10 publicidades más exitosas, en la que compitieron marcas de cereales, autos de lujo y ordinarios, cervezas y bebidas carbonatadas. Algunas con un sesgo marcado de humor como Doritos y VW, invocaciones a los valores de la amistad y la familia como las bebidas Miller y Budweiser o con una apelación exagerada al patriotismo, con la publicidad de la cadena televisiva CBS que apeló a honrar a los militares y su regreso a casa desde Irak y Afganistán.

Como nunca antes, una publicidad causó controversia. A Coca Cola le salió el tiro por la culata, cuando defendiendo la pluralidad y diversidad de la población de EE.UU., con el fin de mostrar una nación siempre renovada por la migración perenne, presentó una publicidad en que niños en ocho idiomas diferentes cantan “America The Beautiful”, una canción perteneciente a un pequeño grupo de himnos patrióticos.

De golpe y porrazo, aún antes de la reacción de los medios de comunicación tradicionales que seguían adormecidos con un Peyton Manning y unos Broncos que no dieron la talla ante los Seahawks de Seattle, las redes sociales explotaron contra la Coca Cola. Con el hashtag #BoycottCoke, miles de usuarios se dieron a la tarea de acusar a la empresa, con sede en Atlanta, de trastocar los valores del país y la preservación del idioma inglés, llamando a un boicot como forma de castigo.

Si bien no es desfachatado considerar que se deben respetar los signos patrios por aquello de no ofender los sentimientos – de ahí que en cada país existan leyes y restricciones para que los símbolos no se puedan manipular -  también es cierto que muchos mal interpretan y confunden patriotismo con nacionalismos y fanatismos.

EE.UU. tiene un largo historial de leyes y antecedentes jurídicos y éticos sobre cómo se puede utilizar o hasta quemar una bandera y otros símbolos nacionales y religiosos, de ahí las mil y una interpretaciones diferentes que cantantes y bandas hacen de los himnos patrios, tendencia de flexibilidad que se fue contagiando y prosperó en otros países.

Es evidente que Coca Cola no quería ofender a nadie y que la intolerancia siempre está presente entre los fanatismos. En realidad, la publicidad es de buen gusto y ofrece un mensaje de respeto a todos los inmigrantes del mundo que llegan al país y que abrazan, en sus propios idiomas, los valores nacionales.  


Y en esta madeja enredada de mensajes y fanatismos, a quien tampoco le fue muy bien fue al famoso Bob Dylan, que se tuvo que comer críticas por hacer anuncios multimillonarios de Chrysler y del yogur griego Chobani, que no serían consecuente con el mensaje de sus canciones. Algo así como se le podría criticar a los jerarcas del Politburó cubano y otros países comunistas, porque su estilo de vida no es congruente con la que le exigen a sus ciudadanos.

julio 18, 2013

Evo, Snowden y el nacionalismo

Como anillo al dedo dice el refrán. Adagio popular que no se puede dejar de aplicar al presidente boliviano Evo Morales, quien hasta hace semanas atrás estaba tratando de defenderse de los ataques de la oposición y de los ciudadanos por sus intenciones de ir a la reelección, mediante una interpretación bastante controversial de la nueva Constitución de su país – interpretación aprobada por el Tribunal Constitucional - que en su letra no lo permite.

Evo que hasta hace poco trataba de defenderse por el supuesto abuso de poder, encontró con el caso del ex contratista de la CIA, Edward Snowden, el viento de cola que le permite de repente alzarse en popularidad y empezar a transitar un camino pre electoral con todos los beneficios.

Evo está ahora aprovechando los vientos del nacionalismo gracias a su prédica anti imperialista que consiguió amalgamar después de que sufrió el bloqueo aéreo por parte de varios países europeos, entre ellos Francia, España, Portugal e Italia, luego de entrevistarse con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Si bien al principio las autoridades europeas rezongaron cuando Morales exigió disculpas y una investigación, uno a uno esos países se doblegaron ante el mandatario, una vez que desde Latinoamérica se les reclamó sentido común, ya que no puede haber razón valedera para negar espacio aéreo y derecho de aeropuerto a un Presidente, por más que hayan creído que en el avión se transportaba clandestinamente a Snowden. 

Los españoles fueron los primeros en disculparse, tras los reclamos desde el Unasur, el Mercosur y la OEA, pero ahora Evo está pidiendo más que disculpas, sino que se castigue a los responsables de haber estado dando las órdenes o, como en el caso español, al embajador en Austria que quiso requisar el avión presidencial boliviano.

Más allá de los vaivenes de estos días, Evo sabe que si sigue denunciando la tropelía europea, denunciando al imperio y manteniéndose como víctima, tiene grandes chances de aumentar su capital político.

Difícilmente Evo deje escapar esta posibilidad. No le tembló la voz para decir que hasta considera cerrar la embajada estadounidense en su país, una medida que no parece ilógica si se considera que echó al embajador estadounidense años atrás, también a los agentes de la DEA (la agencia antidrogas estadounidense) y, recientemente, a los miembros de la USAID (la agencia de ayuda internacional estadounidense).

Evo seguirá sacando partido de la actitud energúmena de los europeos que le han ayudado a transformarse en víctima, a revitalizar un aparato de propaganda gubernamental que estaba bastante debilitado mediante un nacionalismo de patas cortas y a neutralizar una oposición que no tuvo otra opción que respaldar al “presidente perseguido”.


Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...