El presidente boliviano Evo Morales se las arregla siempre para contaminar la libertad de prensa con leyes con las que quiere realzar su figura y hacer propaganda al estilo Hugo Chávez. Se le ocurrió en estos días que la nueva Ley de Telecomunicaciones debe tener una cláusula que obligue a la radio y a la TV a emitir en forma obligatoria y gratuita todos sus discursos en cadena nacional. Sin limitaciones.
Este abuso de privilegio y de poder restringe los criterios editoriales de los medios de comunicación, además de que se antepone a principios de libertad de expresión que establecen que solo deben ser obligatorios aquellos mensajes presidenciales o del Estado que sean de interés público, como en casos de seguridad nacional, conmoción interna o emergencia sanitarias.
Con esta ley, Morales, quien a diario cree que sus mensajes son de interés nacional, estará ocupando espacios en los medios para vociferar su propaganda partidista y gubernamental, y para hacer obligatorio para cada boliviano, escuchar discursos tan importantes como aquel, en el que sentenció que comer mucha carne de pollo, por ejemplo, incentiva el homosexualismo.