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octubre 04, 2011

Las marchas contra la avaricia

Se están multiplicando por varias ciudades las marchas contra la avaricia de los banqueros y Wall Street, en protesta por la debacle que estos dos grupos han provocado a la economía y lo poco que han cambiado en su proceder para evitar la recesión económica. Entre las medidas que reclaman, está la de acompañar al presidente Barack Obama en su replanteo por el cobro mayor de impuestos a los ricos, lo que fue respaldado por el multimillonario Warren Buffet.

Es probable que las marchas se intensifiquen en las próximas semanas a medida que la policía trate de evitar aquellas manifestaciones ilegales o que estropean los derechos de otros ciudadanos a circular libremente. Sin embargo, no creo que estas manifestaciones puedan hacer mella como la de los indignados en España – más justificadas por la soberbia debacle económica de la península – o la de los países árabes, porque va en contra del sentido común y la naturaleza misma de este país, construido sobre la base del liderazgo de empresarios, emprendedores, banqueros, políticos y trabajadores.

Es obvio que la avaricia existe y existió. Produjo incluso que quienes fueran rescatados con paquetes de estímulo de Obama cayeran de inmediato en las mismas prácticas y que las grandes compañías crediticias no estimularan la economía. Pero lo que hay que preguntarse es si el gobierno ha hecho bien su trabajo para imponer auditorías y los controles necesarios para que nos se vuelvan a cometer esos abusos.

Pareciera que las marchas de ahora tienen un tinte político que favorecen a Obama y parecen estar destinadas a mantenerse como parte de una campaña que le favorecerá para las próximas elecciones. Pero muchas de esas marchas tendrían mayor impacto si también se hicieran frente a la Casa Blanca y frente al Congreso, sin distinción de ideologías.

diciembre 29, 2009

Cobrando por las noticias

La gratuidad de los contenidos es una ecuación que nunca cerró al negocio de los medios de comunicación, especialmente a los escritos.
El periodismo es un negocio costoso, especialmente cuando es de calidad; cuando partes de las salas de Redacción están abocadas al periodismo de investigación, un género lento, meticuloso y que muchas veces solo hace ganar reputación y premios, pero no dinero.
Algunos diarios estadounidenses, como el The Wall Street Journal, máxima autoridad mundial en el periodismo especializado, se ha dado el “lujo” de cobrar y seguir cobrando su contenido; es que todos saben que este periódico llena las zonas grises en el mundo de los negocios. En América Latina uno de los ejemplos de cobro de contenido virtual es el diario mexicano Reforma.
En ambos lados del continente, norte y sur, varios medios tratan de imitarlos o buscan fórmulas menos complicadas, ya que cobrar un contenido que siempre se ofreció gratuito puede producir rechazo de los lectores, y ese abandono puede incluso agravar una condición inestable, yendo en detrimento directo de la todavía escasa y esquiva publicidad on-line, donde la competencia es feroz y los precios diminutos.
The Miami Herald está probando una estrategia diferente y novedosa que ha despertado cierta burla entre los principales diarios de Estados Unidos. Muchos medios observadores tratan de hacerse los escépticos, pero de reojo miran si la fórmula generará algún resultado, para poderla imitar de inmediato.
Debajo de cada noticia on-line, el diario coloca una frase “Support ongoing news coverage on MiamiHerald.com” (Apoye la continua cobertura de noticias en MiamiHerald.com) donde los usuarios pueden cliquear y dejar una donación voluntaria de dinero a través de una tarjeta de crédito.
Una fórmula simple que el pasado domingo 20 de diciembre, en su columna habitual, el director editorial del periódico, Anders Gyllenhaal, trató de justificar. Dijo que los primeros días del experimento tuvieron éxito ya que varios lectores donaron cifras entre centavos y decenas de dólares en apoyo a un par de notas.
Tal vez la fórmula no sea la más tradicional y pueda despertar críticas por ser muy oportunista, pero es también una buena forma de medir los gustos del público y si está dispuesto a pagar por un periodismo de calidad y responsable ante su comunidad. En realidad al lector no se le pide una donación por una nota especial, sino un apoyo general que incentiva al diario a seguir adelante, ante una comunidad que está consciente de la necesidad de tener un periodismo investigativo, fiscalizador y que obliga a la función pública a rendir cuentas.
Los periódicos estadounidenses están conscientes que la independencia (y la apariencia de ella) es el valor más preciado que tiene la labor periodística frente a la democracia, y por ello, a través de la Asociación Nacional de Diarios (NAA, siglas en inglés) rechazaron los paquetes de ayuda económica gubernamental que los medios de comunicación europeos le aceptaron a sus propios gobiernos.
Una fórmula más difícil, pero más saludable y cómoda de acuerdo a estándares y valores periodísticos.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...