El presidente mexicano, Enrique
Peña Nieto, a diferencia de la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, no
abordará personalmente con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, el tema
del espionaje del que fue víctima por parte de la Agencia Nacional de Seguridad
de EE.UU.
Razones no dio el mexicano
para cuando hoy lo visite Biden, simplemente dijo que las conversaciones serán
en torno a temas comerciales y como
solidificar la alianza entre los dos mejores socios del continente. Pero es
evidente que Peña Nieto tiene una alta popularidad entre sus pares, ya que de
lo contrario, hubiera aprovechado el tema del espionaje como bien lo hizo
Rousseff, quien desde que despotricó contra Barack Obama y renunció a visitarlo
en octubre por saberse que fueron espiadas sus conversaciones, recobró varios
puntos en popularidad.
Peña Nieto, con la fuerza
que le dan las propuestas de reformas energética y educativa, entre otras, y a
poco de haber asumido, tiene un plafond político y de popularidad que le
permite concentrarse en los nuevos esquemas comerciales que Obama delineó en su
visita a México en mayo pasado y en solicitar que se apure la reforma
migratoria en EE.UU. para que terminen las deportaciones de indocumentados
mexicanos y no se coarte el flujo de dinero que los inmigrantes mexicanos
envían a sus familiares.
El tema del espionaje no
será público para no incomodar la importante relación con el aliado del norte, pero
seguramente Peña Nieto tendrá que encontrar el momento adecuado para recriminar
a Biden y exigir explicaciones sobre por qué y cómo fue espiado durante la
campaña presidencial, y dejar de aceptar las excusas del gobierno
estadounidense que todo lo hace por temas de seguridad.
1 comentario:
Qué obsesión la del sr. Trotti con este tema. La Dilma es una pantallera que hace escándalos para llenar diarios. Peña Nieto en cambio es un profesional. Pero Trotti quisiera que todos atacaran a Obama, se le ve de lejos.
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