lunes, 11 de abril de 2011

Sida y cáncer; derecha o izquierda

Muchos se equivocaron, incluso Mario Vargas Llosa. El premio Nobel predijo que elegir entre Keiko Fujimori u Ollanta Humala sería un mal para el país, como tener que elegir entre sida o cáncer. Lo dijo poco antes del domingo pasado cuando quiso inclinar la balanza fuera de estas dos alternativas populistas; la de Ollanta, cercana a la izquierda y a un nacionalismo que no puede ocultar sus lazos con el chavismo venezolano, y la de Fujimori, un populismo de derecha que nació y se nutrió de la mano de su padre, quien transformó (o al menos lo intentó hasta que renunció por fax desde Japón) al Perú en una monarquía presidencialista.

Veremos cómo se comportan las otras fuerzas del Perú que se quedaron con las ganas y que juntas rechazaron completamente a estos dos nacionalismos. Para junio falta una eternidad, es decir unas pocas semanas, pero a juzgar de cómo cambiaron las intenciones de voto en el último mes y en la última semana, todo parece indicar que no se pueden hacer muchas apuestas.

¿Podrá Humala romper el maleficio esta vez y no perder como le ocurrió con Alan García en la última elección? ¿Podrá Fujimori reivindicar la figura corrupta de su padre y sumar las voluntades de quienes se oponen a la izquierda por una cuestión de piel?

El autoritarismo de Alberto Fujimori le hizo tanto mal a la derecha como el de Hugo Chávez a la izquierda y ese es justamente el que Humala se muere por imitar. ¿Será que terminará inclinándose por Chávez, o por el igualmente autoritario y popular Rafael Correa, o se guiará por los ejemplos de Mauricio Funes?

Las opciones de uno de los países estrellas de América Latina parece que está en riesgo de palidecer. A no ser que Humala, si gana, se vaya por el camino de Lula o si Keiko, de salir vencedora, se enfile tras Juan Manuel Santos. Dos presidentes, izquierda y derecha, con grandes contrastes, pero enfocados en los mismos objetivos: crecimiento, igualdad y una buena política de derechos humanos.

1 comentario:

Franklin dijo...

En muchos diarios leí la comparación que hizo Vargas Llosa, "es como elegir entre el SIDA y el cancer", tomando a Vargas Llosa como alguien neutro. Pero en mi opinión esta declaración del premio Nobel es por simple resentimiento por haber sido humillado en unas elecciones de 1990.
Parece que no lo ha superado y sigue creyéndose el único capaz de ser presidente.