martes, 12 de abril de 2011

Censura indirecta


Parte 2 de un artículo publicado en Revista (Harvard review of Latin America - original en inglés, Edition Spring/Summer 2011)
Para hablar de libertad de prensa es necesario hablar de democracia. Ambas están estrechamente relacionadas. La calidad de una afecta a la otra. América Latina no es ajena a esta ecuación, ya que ambas disciplinas se desenvuelven en un contexto en el que persisten problemas estructurales e históricos.

La región ganó en democracia formal en los últimos 20 años, pero las instituciones son muy débiles y en muchos casos el Estado no logra resolver las necesidades de la gente. Los tres poderes del gobierno tienen los índices más bajos de credibilidad, pero hay otros datos que preocupan más. Los signos vitales de la democracia se están debilitando, como la independencia de los poderes, la transparencia de los procesos electorales y de participación ciudadana, así como el respeto por las instituciones, tal el caso de la prensa. Datos dados a conocer por el Freedom House a principios de 2011, avalan que la democracia ha retrocedido en 25 países del mundo, entre ellos tres de las Américas: Haití, México y Venezuela.

La falta de independencia de la Justicia, utilizada como instrumento político del poder en países como Bolivia, Nicaragua y Venezuela, es notable. A esto se suman gobiernos con sistemas muy presidencialistas y partidos políticos de oposición muy débiles.

Un 80% de la gente se siente desprotegida. Se vive en muchas ciudades en un clima permanente de inseguridad. El aumento del narcotráfico, del crimen organizado, de las pandillas juveniles y en muchos casos la corrupción de los propios gobiernos, especialmente las policías, como en Guatemala, Honduras y México, son parte del problema. En un reciente informe de Latinobarómetro se indica que Latinoamérica concentra el 27% de los homicidios, pero tiene sólo el 8% de la población mundial; y que una tercera parte de la población (200 millones) acusa haber sido víctima de algún tipo de delito.

Con excepciones como Chile, Costa Rica y Uruguay, América Latina sigue a la cabeza en índices de corrupción gubernamental en el mundo y con tendencia a crecer. Las multinacionales también contribuyeron, como IBM, Chevron o antes Chiquita, en casos que en su momento se relacionaron a Argentina, Ecuador y a países centroamericanos, respectivamente.

En materia educativa, los índices indican que la región está a la zaga. Aunque hay avances en alfabetización, como en Cuba, Brasil y Venezuela, los sistemas educativos no preparan a la fuerza laboral para competir en un mundo más globalizado. Producto de ello, el desempleo es tan alarmante como baja la producción; siendo un continente cuyas exportaciones dependen de materia prima, no de productos manufacturados.

La mayor exportación latinoamericana en todo caso, sigue siendo la de cerebros. La región sigue expulsando materia gris, mientras que persiste el problema de la migración interna, de migrantes del campo estableciéndose en zonas urbanas, lo que genera problemas de infraestructura, desarrollo y salud pública, y abriendo la brecha de la desigualdad, como sucede en Bolivia, Brasil y Nicaragua, entre otros países, donde la pobreza y el hambre siguen avanzando. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, existen 53 millones de subnutridos en América Latina. 


1 comentario:

Edwin-Francisco Herrera-Paz dijo...

El proceso de urbanización es un fenómeno normal en el mundo. Es natural que las poblaciones pequeñas se unan formando poblaciones mayores. De allí que la población mundial se convierta paulatinamente en urbana. Pero nuestros gobiernos no lo saben o no les importa. Son gobiernos "bacheros." Tratan de arreglar los problemas cuando ya no tienen solución en lugar de planificar.

Por ejemplo, aquí en Honduras el gobierno cree que con mandar a los maestros a dar clases se arreglan todos los problemas educativos. Desde luego que es necesario que los maestros regresen a las aulas, pero los planes de estudio obsoletos continuarán en vigencia en mi país por muchiiiisimos años más. No hay ideas, no hay creatividad. Parece que toda la materia gris ya se nos fugó.
Saludos.