Voluntad política es lo que se reclamaba y parece que los enviados estadounidenses lograron lo que ni la OEA ni Oscar Arias pudieron antes: diálogo y acuerdo en ciernes.
Por iniciativa de Roberto Micheletti, pareciera que se cedió para que la restitución de Manuel Zelaya pase por el Congreso y no por la Corte Suprema; aunque claro, el Congreso tendrá que escuchar si la Corte mantiene o descarta varios de los 18 cargos que sostiene en contra del depuesto presidente, entre ellos el de traición a la patria.
Las inminentes elecciones y su reconocimiento internacional, pero especialmente la paz entre los hondureños, hacían presagiar que alguien debía tirar la toalla o sacar un as de la manga. Cualquier de estas dos visiones pueden atribuirse de la misma forma a cualquiera, a Micheletti o a Zelaya, así como muchos siempre pensaron que la verdad es que se trató de un golpe de estado y otros muchos de la verdad fue que se trató de una reposición constitucional.
Zelaya si es restituido tendrá que ser parte, quizás, de un gobierno de transición al que le queda poco tiempo para gobernar, sólo simbólicamente y sin posibilidad alguna de buscar cambios de ninguna naturaleza que podrían hacer pensar a algunos trasnochados (Chávez quizás) sobre una posible reelección.
Micheletti necesita retirarse del poder como gran demócrata y fiel servidor de gran parte de un pueblo que piensa que fue firme como nadie ante tanta presión y a su democracia. Y Zelaya necesita ser restituido para irse y que entre los suyos lo consideren el héroe que siempre luchó por sus ideales y por su democracia.
Ambos necesitan una situación ganar – ganar y mal harían los otros dos poderes del Estado en no permitir esta salida “elegante” para ambos y especialmente para todos los hondureños.
Ahora bien. Habrá euforia y decepción para ambos grupos. Y los líderes tendrán que saber convencer a sus seguidores – y a quienes no siguen ninguna de estas dos posturas – que este arreglo es el más conveniente, que no es una manipulación política más de sus conciencias y voluntades; y darles garantías institucionales que cualquier pacto y posterior desenlace será respetado sin excusas.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
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