Envidio a los brasileños, no tanto por su fútbol ni por los carnavales ni su alegría, tampoco por su capacidad de compra cuando llegan a Miami a comprar desde apartamentos hasta zapatillas, sino más bien por la estabilidad política que han alcanzado en las últimas décadas.
La presidenta Dilma Rousseff llegará mañana a EE.UU. para entrevistarse con su colega Barack Obama para hablar muy especialmente sobre ciencia y tecnología, lo que quiere decir que entre ambos dan por sobre entendido que no tienen que hablar muchos de cosas obvias, como economía y política o sobre corrupción y derechos humanos, temas que eran parte de la agenda y el distanciamiento anteriores entre estas dos potencias.
Rousseff tiene la determinación de luchar contra la corrupción, una de los atrasos culturales más institucionalizados en el país, por lo que ya ha echado a siete ministros; algo que no pudo hacer sola si no fuera por prestar oídos a una prensa que es tajante con el tema. Esta actitud política contra la inmoralidad ha hecho que los inversionistas sigan fluyendo hacia Brasil para convertirlo en la sexta potencia económica mundial, incluso por arriba de Inglaterra.
Brasil sigue apostando a la educación de la ciencia y tecnología a sabiendas que ningún país alcanzó el desarrollo sin estas materias. Los nuevos campos petrolíferos offshore fueron descubiertos no sobre la base de la casualidad, sino del empeño de un país que ha puesto todos sus recursos humanos en derribar las barreras del subdesarrollo.
Es cierto que a Brasil le falta mucho por hacer en materia de corrupción, violencia, desigualdad, pobreza, pero es evidente que se ve a un país con objetivos y con un plan político estable que sobre pasa las ideologías y singularidades de sus presidentes y dirigentes en el poder.
Digo que envidio a Brasil porque lo observo con mis ojos de argentino, donde veo una presidenta como Cristina de Kirchner que insiste en cambiar el rumbo, en crear un país a su imagen y semejanza sin prestar atención a lo que se vino construyendo por poco que haya sido, que sigue defenestrando a los medios porque publican cosas que le incomodan, porque se sigue amparando a los corruptos o a quienes aparentan ser corruptos, como el vicepresidente Bodou, sin ningún tipo de consecuencias.
Envidio a los brasileños porque están construyendo un país en serio pensando en todos los brasileños. En Argentina se construye un país solo para los kirchneristas, así como Rafael Correa y Hugo Chávez lo hacen para sus seguidores.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
Mostrando entradas con la etiqueta Dilma Roussef. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dilma Roussef. Mostrar todas las entradas
abril 07, 2012
septiembre 21, 2010
Lula mete la pata internamente; también
El presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva quiere a toda costa que su candidata Dilma Roussef gane las elecciones presidenciales en octubre y no tiene empacho en demostrarlo, lo malo es que lo hace a expensas de cualquier cosa, haciendo propaganda electoral que lo tiene totalmente prohibido o atacando a los medios de comunicación porque están denunciando hechos de corrupción que enturbian a la candidata oficialista y sus alrededores.
Lula tuvo varios pecados en materia de libertad de prensa, pero en nada se compara a lo que sucede en otros países, por eso la sorpresa cuando este sábado acusó a los medios de comunicación de comportarse como partidos políticos – hacer oposición – por haber denunciado corrupción. Lula fue un poco más allá en defender a Dilma y dijo que los medios en Brasil son una vergüenza y que “los vamos a aplastar algunos periódicos y revistas que se comportan como si fueran partido político y no tienen el valor de decir que son partido político y tienen candidato".
La actitud chavista de Lula no se explica muy bien, más que tratar de defender los puntos de ventaja, aparentemente insuperable de su candidata. Las denuncias de los medios obedecían a la ahora ex ministra de la Presidencia, Erenice Guerra, quien renunció el jueves pasado después de denuncias periodísticas sobre tráfico de influencia.
Vale la pena recordar este episodio, porque hace semanas, varios sectores de la prensa se mostraron un poco perturbados por las críticas que el presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, hizo contra Lula, que si bien tenía que ver más con la política exterior de Brasil, incluyeron críticas sobre aspectos relacionados a la libertad de prensa en el país.
El carismático Lula daría la apariencia de tener dos caras; una bien democrática hacia adentro (a pesar de actitudes como las que describo) y la otra hacia afuera poco recomendable, si se considera su apoyo a Irán, Chávez o el papel que jugó en la crisis hondureña con Manuel Zelaya.
Lula tuvo varios pecados en materia de libertad de prensa, pero en nada se compara a lo que sucede en otros países, por eso la sorpresa cuando este sábado acusó a los medios de comunicación de comportarse como partidos políticos – hacer oposición – por haber denunciado corrupción. Lula fue un poco más allá en defender a Dilma y dijo que los medios en Brasil son una vergüenza y que “los vamos a aplastar algunos periódicos y revistas que se comportan como si fueran partido político y no tienen el valor de decir que son partido político y tienen candidato".
La actitud chavista de Lula no se explica muy bien, más que tratar de defender los puntos de ventaja, aparentemente insuperable de su candidata. Las denuncias de los medios obedecían a la ahora ex ministra de la Presidencia, Erenice Guerra, quien renunció el jueves pasado después de denuncias periodísticas sobre tráfico de influencia.
Vale la pena recordar este episodio, porque hace semanas, varios sectores de la prensa se mostraron un poco perturbados por las críticas que el presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, hizo contra Lula, que si bien tenía que ver más con la política exterior de Brasil, incluyeron críticas sobre aspectos relacionados a la libertad de prensa en el país.
El carismático Lula daría la apariencia de tener dos caras; una bien democrática hacia adentro (a pesar de actitudes como las que describo) y la otra hacia afuera poco recomendable, si se considera su apoyo a Irán, Chávez o el papel que jugó en la crisis hondureña con Manuel Zelaya.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Tensión entre la verdad y la libertad
Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...

-
Honduras está en riesgo de seguir la misma ruta de México: SIP 6 febrero, 2012 - Publicado por La Tribuna TEGUCIGALPA.- La peligrosidad q...
-
Barack Obama inauguró en la campaña política una nueva forma de hacer política: la utilización de las nuevas tecnologías de la información p...
-
Primero Evo Morales, enseguida Hugo Chávez y ahora casi Manuel Zelaya, algunos presidentes latinoamericanos parece que retomaron los viejos ...