El senador cubano americano Marco Rubio parece que no tiene descanso. Hace unas semanas su entorno estuvo en plan de ataque contra la cadena Univisión porque reveló una investigación periodística que demostraba que su cuñado había estado involucrado y preso por narcotráfico.
En ese entonces, aunque la cadena hizo bien su trabajo periodístico de tratar otras de las facetas de la vida de un político y figura pública con potencial para llegar a la Casa Blanca con alguna de las fórmulas, el Partido Republicano, especialmente los cinco pre candidatos a la Presidencia, tomó una actitud agresiva y de ataque para desprestigiar a Univisión y blindar públicamente a su figura rutilante.
También Rubio se mantuvo al ataque cuando esta semana algunos grupos - rebirthes – en una especie de sanata muy parecida a la levantada contra Barack Obama, dijeron que como los padres de Rubio no nacieron en EEUU, él no puede postularse para ser Presidente del país. Puras patrañas de quienes tratan de darle a la Constitución una interpretación que no tiene. ¿Será que pronto dirán que el Presidente de EEUU deberá ser de tercera generación de nativos?
Hasta aquí, Rubio se mantuvo como buen político al ataque. Supo atacar o despertar ataques de su entorno para contrarrestar tanto lo de Univisión como lo de la Constitución. Y en ese revuelto, mostrándose como víctima, puede haber ganado. Sin embargo, el tema también ligado a sus padres, de cuando llegaron al exilio, es un tema que no podrá defender muy bien, del que se estarán aprovechando siempre sus contendientes y que lo marginarán a mantenerse a la defensiva, por más argumentos que pueda dar, lo que para un político no es muy aconsejable.
Aunque tal vez él no lo dijo específicamente pero si lo admitió y estaba en su sitio web, los padres de Rubio llegaron al exilio en 1956, un par de años antes de que asumiera Fidel Castro en 1959. El dato no es menor. No es lo mismo el prestigio que ganó en su carrera diciendo que sus padres vinieron a EEUU debido en contraposición a las ideas comunistas que se estaban gestando – expulsados o auto expulsados -, que haber venido durante la época de Fulgencio Batista, es decir por una opción de vida.
Rubio se defiende ahora diciendo que es lo mismo, ya que lo que importa es el dolor de su familia de saber que nunca pudo regresar a Cuba. No es lo mismo. Rubio obtuvo favores como hijo de exiliado político, y esa es una gran diferencia.
Tendremos que ver de ahora en más la capacidad política de Rubio desde una perspectiva defensiva.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
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