Post de mi columna publicada el 9 de setiembre, 2017
Por Ricardo Trotti
Adelanté el viaje de regreso
a Miami para estar con la familia y prepararnos para el caos que traerá Irma.
Es una tormenta monstruosa, asesina, la más grande de la historia. Su potencia
opacará los destrozos de Andrew, aquel huracán de 1992 que dejó partes del sur
de Florida como la dantesca Hiroshima.
Por suerte los huracanes
avisan con tiempo. Permiten prevenir daños, no como el terremoto que experimentó
Chiapas. Pero por más que avisen, uno nunca está preparado para tormentas así. No
me refiero a las consecuencias como las que dejó el huracán Harvey en Houston,
sino a que es difícil lidiar con la mente y el contexto; con la ansiedad
generalizada y el estrés.
Buscar o encontrar víveres, cargar
gasolina, armarse de baterías, velas, radio a transistores, linternas y agua,
mucha agua, no es fácil. Hay que hacerlo con paciencia y delicadeza, porque los
ánimos están crispados. Cualquier chispa enciende peleas.
¿Solidaridad? Poca. La
solidaridad se da tras las consecuencias, los destrozos y las necesidades de
los que quedaron más vulnerables; ahí es cuando el espíritu humano sale a
relucir. Antes, en la preparación, la situación es caótica, frenética; es la
hora de la supervivencia. La gente se pelea por una botella de agua o una lata
de garbanzo.
La mente es lo más difícil
de contener en el escenario de un huracán. Ansiedad generalizada, estrés e
incertidumbre. Los científicos han logrado detectar el patrón de conducta de un
huracán con muchos días de anticipación, pero no como lidiar con la situación. La
previsión y prevención son buenas pero se transforman en pánico ante la
amenaza. El miedo produce desconcentración. Uno hace de todo, pero sin enfoque.
Guarda, arma, desarma o gasta una mañana en un almacén para conseguir un foco.
Uno se descomprime con la
esperanza de que Irma se desvíe y debilite en el Atlántico como otros en años
anteriores. Pero Irma parece tozuda. Desde sus orígenes siempre enfiló hacia la
Florida. Entrará por el sur, desde los Cayos hacia Miami y de aquí irá por la
columna vertebral de Florida a insertarse en Georgia y más arriba.
Esperanza siempre hay que
algún frente la frene o la empuje de su trayectoria. Pero las predicciones
hasta ahora fueron precisas. Arrasó y dejó una estela de muertes por cuanta
isla del Caribe tocó. Ante lo inevitable, la mente se retrae, imagina las
consecuencias y se prepara. Guarda cualquier cosa que en el patio pueda ser un
proyectil, amontona todos los trastes del garaje para dejar espacio para los
autos, protege ventana y por último desea buenos augurios a los amigos, colegas
y familiares.
Y uno espera agazapado, temeroso.
Es que a diferencia de Harvey, Irma, de categoría 5, la máxima, no traerá mucha
lluvia sino vientos record que en algunos casos treparán hasta 180 millas o 300
kilómetros por hora. En muchas zonas de Miami los nuevos códigos de
construcción para techos reforzados y ventanas con vidrios de alto impacto, permiten
capear los temporales con mayor éxito. Sin embargo, Irma pondrá todo a prueba,
no solo por su poder sino por su consistencia, con vientos sostenidos por más
de 18 horas. Los vidrios blindados pueden contra ráfagas de 125 millas, pero más
allá de eso no hay garantías.
En Miami Lakes, al oeste de
la ciudad, alejados de las playas el temor es el impacto, pero el problema
mayor son las marejadas que deberán sortear en la costa. 650 mil personas ya
evacuaron los Cayos, Miami Beach, Key Biscayne, Brickell y otros barrios donde
se esperan marejadas que sobrepasen los dos metros.
¿Cuánto aguantarán nuestras
casas? ¿y el área? ¡Quién sabe! Uno es consciente y se protege, pero la
incertidumbre tortura. Quienes sufrieron a Andrew, Vilma, Charley o Frances los
consume la idea de más pérdidas y hasta de refugiarse por semanas. Los
servicios de electricidad, agua y comunicación se reestablecerán a cuentagotas.
Las aseguradoras intentarán pagar lo menos posible y subir las primas para los
próximos huracanes. Las ciudades atrofiadas competirán por la ayuda federal. La
zona tardará años para reponer lo que en horas se romperá.
Para matar la ansiedad no hay más remedio que
asumir el desafío. Irma llegará este sábado. El día después puede ser tétrico.
Pero siempre se asumirá con altura y solidaridad. Es el espíritu humano. trottiart@gmail.com
1 comentario:
issey miyake
coach outlet online
polo ralph lauren
fitflops sale
dsquared
ed hardy clothing
coach outlet store online
coach outlet online
nike air max
Publicar un comentario