viernes, 22 de mayo de 2009

Ataques a Globovisión y polarización

El allanamiento de anoche contra la propiedad privada del presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga, que en Miami pude seguir por la cadena Globovisión Internacional pero que los venezolanos no pudieron ver en sus televisores porque estaba el presidente Hugo Chávez en cadena, fue un episodio lamentable, bochornoso y que muestra a las claras la pobre situación de un país al que el gobierno ha llevado a una profunda polarización.

Más allá de las justificaciones judiciales del allanamiento o de las teorías en contrario que esbozaba la abogada de la familia Zuloaga - todo entre empujones y ante las cámaras de Globovisión así como de las de los canales estatales como verdaderos “invitados especiales” a este gran “reality show” – lo cierto es que se notaba que la intención no era verificar el dominio de varios automotores Toyota que el acta de allanamiento presuponía de dudosa procedencia, sino más bien asestar un golpe al dueño del canal privado que está en la mira de Chávez.

No es casualidad que desde hace una semana Chávez y sus principales funcionarios como Diosdado Cabello o Nicolás Maduro, hayan estado replicando hasta el cansancio que Globovisión engendra al terrorismo mediático y la enemistad mayor que puede tener la revolución chavista que el presidente está afanosamente tratando de profundizar.

Este allanamiento es sin dudas un nueva vuelta de tuerca - como siempre lo hace el régimen chavista y lo hizo cuando cerró RCTV en mayo del 2007 - que tiene la intención de preparar y allanar el camino mediante la creación de globos de ensayo para justificar el cierre de la única televisora privada que está reportando más allá de los límites tolerados por el gobierno.

Globovisión parece tener los días contados. Lamentablemente se seguirán perdiendo los espacios de libertad y, lo más triste, es que los gobiernos del continente ni la OEA hacen nada por ello. De nada vale la Carta Democrática si no se la ejecuta.
La peor sensación que tuve anoche después de ver los insultos y atropellos entre los propios venezolanos, algo que agudizó mi percepción de tantos viajes que hice al país, es a pesar de que algún día Chávez no estará en el poder, pasarán décadas antes de que los venezolanos puedan reinstaurar la cultura de la tolerancia. El país está dividido y duele.

1 comentario:

Padre Carlos dijo...

Mi estimado Ricardo:

Creo que lo único que frena en este momento a Chavez para cerrar Globovisión es el impacto negativo que pudiera tener en la población y que sirviera como detonante de una situación que pudiera tornarse en incontrolable para el gobierno.

Desde hace una semana el gobierno expropió 75 empresas contratistas que trabajaban para PDVSA, absorbiendo solo 8000 empleados de los 40000, lo que hace que 32000 personas (y familias) queden en la calle. A eso le sumas el destino de negocios que florecieron en torno a las contratistas y te da mas de 100000 personas afectadas laboralmente y economicamente. ¿Qué región aguanta ese impacto, ese contingente de desempleados que surgen de la noche a la mañana?

Ahora (ayer) las expropiaciones fueron en el oriente del país y me imagino que pronto vendrán las expropiaciones de contratistas que trabajan para las petroquímicas.

Los ministros del régimen se llenan la boca gritando que: "hemos pasado de la propiedad privada a la propiedad social" pero en realidad estamos pasando a un estado de pobreza crítica e indefensión (si cierran Globovisión) que puede traer muy serias consecuencias para la vida "pacífica" de Venezuela (if you know what i mean).

Saludos

Padre Carlos