El presidente Rafael Correa, no contento con ejercer el poder pero con el temor de no poder controlarlo en el futuro, quiere que los propios ciudadanos ecuatorianos sean capaces de controlar a sus congéneres, lo que deviene automáticamente en una división y lucha de clases, elevando el nivel ya alto de polarización en el país.
Cuando asumió este lunes pasado su segundo mandato y habló sobre la radicalización de su revolución favoreciendo especialmente a los pobres, indígenas y jóvenes, no hizo otra cosa más que imitar a otros gobiernos que él criticó por favorecer a otros sectores sociales al olvidar a los pobres y a los indígenas. En realidad, Correa, si se quiere, no está cambiando nada, sino ofreciendo más de lo mismo, creando ciudadanos con diferentes categorías, lo que contraría su mandato presidencial de tener que bregar por los derechos de todos con la misma equidad y sin privilegios para nadie.
Al hablar de la radicalización de su revolución, Correa anunció que pronto se creará los “Comités de Vigilancia de la Revolución Ciudadana”, un proyecto político que busca crear grupos de poder para que “en cada barrio (haya) un comité de defensa del Gobierno nacional y de la revolución ciudadana''. Lo que se traduce a generar espacios nuevos de poder que suplanten a las instituciones de la sociedad civil que pueden tener fines diversos y privados, por estructuras que responderán directamente al gobierno con la intención de controlar y mantener su hegemonía.
Así como existen en Cuba, como las tenía y de nuevo tiene Nicaragua, como las impuso Venezuela, estas estructuras no tienen otro fin más que el controlar y generar temor entre aquellos ciudadanos que disienten de las políticas del gobierno. Esas células son las que luego terminan denunciando a los disidentes, crean privilegios para sus integrantes, bloquean el ingreso de aquellos que piensen diferente a las estructurales laborales o hacen que sus hijos sean rechazados en el sistema escolar, solo por nombrar algunas atrocidades.
Estos grupos suelen ser luego lo que los gobiernos movilizan para sus fines propagandísticos, ya sea utilizándolos para ganar elecciones, para ser parte de las movilizaciones ciudadanas, con la grave consecuencia de que muchas veces se convierten en los brazos armados del gobierno y pueden devenir en grupos parapoliciales muy difíciles de controlar cuando adquieren vida propia.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
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