Lejos de la creencia popular y de la ficción hollywoodense sobre que
las personas buenas que exhiben y usan armas de fuego permiten disuadir hechos
de violencia, las últimas matanzas ocurridas en EEUU, así como estudios
académicos, indican todo lo contrario.
“La única manera de detener a un tipo malo con un
arma, es un buen tipo con un arma", dijo Wayle LaPierre, vicepresidente de
la Asociación Nacional del Rifle (NRA), tras la matanza de niños en 2012 en la
escuela primaria Sandy Hook de Newton, en Connecticut. Es la retórica de
siempre que usa la influyente organización para neutralizar las críticas y
defender un derecho constitucional a la posesión de armas que interpreta a su
conveniencia.
Esta teoría de los buenos contra los malos quedó otra
vez desacreditada con la masacre de tres policías este fin de semana en Baton
Rouge, cinco policías en Dallas la semana pasada y el asesinato de 50 personas
en el bar de Orlando a mediados de junio. Estas matanzas, así como las del cine
en Aurora o de la escuela Columbine, fueron cometidas por individuos que no
eran malos hasta entonces, con pocos antecedentes, pero con posibilidad de
acceder a armas de grueso calibre.
Estudios del FBI revelan que
en muy pocas ocasiones los buenos civiles con armas detienen a los criminales,
tratándose más de una excepción que una regla. De 160 incidentes en los últimos
15 años, en 90 casos los criminales terminaron suicidándose en la escena y en
solo cinco fueron atrapados o disuadidos por otros civiles o vecinos con armas.
Ese argumento de la NRA también
contrasta con lo que explicó el jefe de Policía de Dallas, David Brown. Antes que
el francotirador asesinara a los cinco policías, unos 20 manifestantes del
movimiento Black Lives Matter exhibían sus rifles de asalto durante la
protesta. Cuando se escucharon los disparos, todo el mundo salió corriendo en
todas direcciones, y de repente quienes corrían con armas se transformaron en
sospechosos. Ante esa confusión, Brown dijo que la policía no sabía “quién es
el bueno y quien es el malo”.
Al contrario de lo que
sostiene la NRA sobre que la exhibición de armas por parte de personas decentes
aumenta la sensación de seguridad, la mayoría de los estudios demuestran que con
más armas, la gente está menos segura. La American Journal of Medicine publicó
un análisis en 2013 sobre muertes por armas de fuego en 27 países. Detectó que
el nivel de muertes está proporcionalmente atado a la cantidad de armas que
poseen los ciudadanos, siendo EEUU el país abanderado en ambos renglones.
La evidencia muestra que las
armas de fuego aumentan la probabilidad de más incidentes violentos, sin
distinción entre buenos y malos, ya sea si apuntan deliberadamente hacia otros
o hacia sí mismos. También vale esto para quienes justifican la defensa propia.
Los estudios revelan que las armas en el hogar no hacen que la gente esté más
segura, sino que aumentan las chances de accidentes mortales.
Las últimas matanzas masivas
de San Bernardino, Orlando y Dallas también señalan que el acceso a las armas
puede exacerbar otros conflictos sociales, como el terrorismo, los crímenes de
odio y el racismo. Muchos piensan que si la policía no tuviera tanto poder de
fuego, probablemente los dos jóvenes negros, Alton Sterling y Philantro
Castilla, muertos en Baton Rouge y Minneapolis, hoy estarían con vida o no serían
parte de las 509 personas que murieron en lo que va del 2016 a manos de la
Policía.
El racismo siempre tuvo
ramificaciones violentas en EEUU, desde los atropellos históricos del Klu Klux
Klan hasta la defensa de grupos que defienden el derecho de los negros. El movimiento Nuevas Panteras Negras anunció que exhibirá
armas como símbolo de autodefensa durante las protestas en Cleveland, en estos
días previos a la Convención Nacional Republicana que se celebrará este lunes.
El problema es que un grupo seguidor de Donald Trump notificó que hará lo
mismo. El riesgo de conflicto está latente.
Si se considera que las armas no desactivan
situaciones violentas, sino que las exacerban, el gobierno deberá hacer mayores
esfuerzos en favor de la seguridad y la sensación de seguridad. Tendrá que imponer
mayores restricciones para que no cualquiera pueda acceder a las armas de fuego
e impedir que estas se puedan exhibir a plena vista con total arrogancia o
demostración de fuerza. trottiart@gmail.com
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