Tanto en Venezuela como en EEUU hubo elecciones intermedias en las últimas semanas, aunque se trató de dos referendos sobre las políticas presidenciales de Barack Obama y de Hugo Chávez.
Ambos perdieron. Los Republicanos arrasaron a los Demócratas en votos populares y con ello, reconquistaron la Cámara de Diputados, tomaron escaños en el Senado y un sinnúmero de gobernaciones. En Venezuela la historia fue otra, el oficialismo perdió, pero igual llevó más diputados a la Asamblea, por esas triquiñuelas que el régimen viene implementando.
Lo interesante son las reacciones de ambos. Obama terminó compungido por la derrota y en varias declaraciones aceptó que debe cambiar el rumbo de sus políticas. En un mensaje de Twitter, temprano el miércoles, dijo: "Lo que los estadounidenses esperan - y lo que le debemos - es enfocarnos en los asuntos que los afectan: sus trabajos, su seguridad y su futuro".
Chávez, sin embargo, en mensaje de Twitter posterior a su derrota, en lugar de aceptar la derrota, calificó de escuálidos a los miembros de la oposición, negó que haya perdido y, peor aún, desafió a los electores, profundizando las medidas por las cuales habían votado en su contra.
Chávez nuevamente hizo lo mismo como cuando perdió el referéndum, en lugar de modificar su política, las agudizó. Desde que perdió las elecciones pasadas, se dedicó a expropiar empresa habida y por haber, haciéndolo, además, con su sarcasmo y cinismo particular.
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