jueves, 21 de octubre de 2010

Al rescate de lo humano

En el barullo de noticias cotidianas cargadas de conflicto y polémica, el mundo recibió una bocanada de aire puro con una historia cargada de humanismo, inspirada por las personalidades de 33 humildes mineros y la firmeza y alta capacidad organizativa del gobierno chileno.

Un drama humano de esta naturaleza no conmovía y deslumbraba al mundo desde hace mucho tiempo. Ocurrió justo en el medio de una revolución en los medios de comunicación.
Puede decirse que en la mina San José no solo fueron salvados Florencio Avalos, Luis Urzúa y sus compañeros, el primero y el último en salir del sepulcro a 700 metros, sino que fueron rescatados los valores humanos.

La época moderna contiene emocionantes epopeyas como la llegada del hombre a la Luna, la entrada de Juan Pablo II a Polonia o la asunción del primer presidente negro en EEUU. Pero lo de la mina San José fue diferente. Ante sus imágenes, no fuimos solo espectadores, sino que nos sentimos parte, conectados e identificados con las vidas de esos hombres con sus circunstancias en la superficie o en la profundidad donde adoptaron los roles de “jefe”, “doctor”, “periodista”, “escritor”, “electricista”, “pastor” o “camarógrafo”.

La conexión con los mineros fue íntima y universal, cada uno de nosotros probablemente pensó qué conducta hubiera adoptado de estar ahí, si también hubiésemos sido capaces de superar la adversidad. Si ante la desesperación, como ellos, habríamos antepuesto fe, oración y esperanza; ante la soledad, cohesión y espíritu de equipo; ante el aislamiento, unidad, orden y solidaridad.

Muchos expertos creen que la crisis post traumática o la presión mediática y las tentaciones que les atraerá la fama, así sean libros, películas, entrevistas o viajes hará que los intereses personales de estos hombres afloren por sobre el carácter de grupo demostrado en el refugio. Puede ser y es normal que ocurra. El espíritu humano es indomable e impredecible. Así lo demostraron las colombianas Ingrid Betancourt y Clara Rojas y los tres estadounidenses que fueron rescatados de las garras de las FARC. Aquella algarabía inicial se transformó en acusaciones y denuncias que se propinaron en cada uno de sus libros, dejándonos a todos huérfanos de una hazaña de unidad y compañerismo.

Estos mineros no fueron improvisados, sabían de su trascendencia y supieron transformar su desgracia en una causa justa. Además la forma en que exhibieron al mundo sus personalidades cada vez que se abría la puerta de la cápsula Fénix 2, lo más extraordinario fue el mensaje del jefe de turno, Urzúa, quien ante las cámaras del mundo, agradeció a Sebastián Piñera, pero abrazó una causa mayor que la de su propia odisea. Le pidió al Presidente comprometerse a que Chile no siga permitiendo accidentes como este que han cobrado la vida de 373 de sus mineros en la última década, 31 de ellos este año.

Piñera prometió que se corregirán las políticas en minería para que jamás nadie reclame trato inhumano, pero también las autoridades tienen el mayor mérito en esta gesta. Siempre creyeron en la vida. Planearon con rigurosidad científica; no hubo detalles al azar. No crearon falsas expectativas, fueron precavidos y muy realistas; y todo lo cumplieron antes de tiempo, descomprimiendo ansiedades.

El gobierno trabajó unido, decidido y con liderazgo, sin los ruidos de la confrontación política y la polarización que suelen empañar cada episodio en los países de la región. Ni siquiera EEUU se vio ausente de esas actitudes belicosas entre el gobierno demócrata y la oposición republicana durante la crisis por el derrame de crudo en el Golfo de México.

Algunos también sintieron que los medios aprovecharon el “reality show” para ganar audiencias y rating, o la exposición mediática magnificada de un Presidente, que hasta hace poco era dueño de unos de los canales más exitosos de la televisión chilena y conoce de primera mano el poder de la imagen. Las críticas son inevitables y aumentarán, independientemente del rumbo que tomen cada minero y el gobierno.

Lo importante es encapsular este momento impecable y mágico que nos dio Chile. Cuando todavía estaba sanando las heridas de un terremoto, el pueblo chileno salió al rescate de los valores humanos. Nos regaló una historia universal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La fe movio la montana. Todo un pueblo en oracion. La cohesion del gno con la poblacion. El espiritu democratico de un pais que cuando se terminan las elecciones se alza nuevamente a trabajar unido.La politica pragmatica del gno chileno, que hizo posible la colaboracion de la NASA en el diseno de la capsula salvadora, que el ingeniero principal de la operacion rescate y los equipos sofisticados que barrenaron el tunel salvador fueran norteamericanos. Chile es un ejemplo por su dinamismo y se encamina hacia la meta de ingresar en el primer mundo. Su vocacion democratica, espiritu moderno y empresarial, su firme conviccion en las instituciones independientes del Estado, su competitividad global y su fe en el futuro asi lo confirman.