El 2010 asoma difícil, lleno de retos y con una pila de problemas acumulados, inercia del año que se fue. Por suerte, una pelota zigzagueante por Sudáfrica servirá de bisagra y respiro, mitigando conflictos y dificultades.
Las ceremonias de quema de monigotes, así como la limpia de espíritus y recuerdos durante el fin de año, no podrán despejar las preocupaciones del 2009, muchas en aumento y predecibles para este 2010: terrorismo y seguridad, economía miserable, inmovilismo electoral, verborragia ideológica y polémicas morales inconclusas.
El fallido atentado en un avión en el aeropuerto de Detroit que casi arranca la vida de 300 pasajeros, recuerda que el fantasma del terrorismo seguirá presente en occidente y que los mecanismos de seguridad pueden fallar. La incertidumbre es parte de la ecuación, más aún, desde que ni siquiera los controles estrictos de la Casa Blanca pudieron bloquear a una pareja de intrusos, ávida por fama y mojigatería.
El nuevo golpe de atención terrorista seguirá concentrando la mirada de EEUU hacia oriente, dejando a Latinoamérica más resentida y rezagada en temas acuciantes como el comercio libre, la pobreza y las migraciones. Barack Obama, con popularidad desgastada, será trofeo fácil de propagandistas como Hugo Chávez y Fidel Castro, que aprovecharán para apretar muy fuerte el torniquete de las libertades individuales, pero acusando al “imperio” por todos sus males y de propagar una invasión ideológica y militar continental desde bases colombianas, a las que dibujan fines malignos alejados del mero combate al narcotráfico.
La diplomacia de la verborragia crecerá, sobre todo si el péndulo ideológico se menea hacia la derecha en caso de que Alvaro Uribe o su partido prosigan en el poder y Sebastián Piñera gane en Chile, sumándose a Ricardo Martinelli en Panamá y a Porfirio Lobo en Honduras. Además, no solo habrá que esperar por Colombia, sino lo que sucederá en las presidenciales de este año en Brasil, Costa Rica y Haití.
Los perpetuos y desgastantes procesos electorales que eternizan gobiernos y partidos, seguirán inmovilizando a países enteros, como ya sucede en Argentina y México, en donde toda actividad y agenda pública está condicionada por precandidatos y sufragios que recién se celebrarán en 2011 y 2012, respectivamente.
La comunidad latinoamericana deberá asumir consensos en varios frentes. Tendrá que revisar una Carta Democrática que todos leen pero nadie aplica y examinar los estándares de una OEA, cuya eficacia todos cuestionan. En ese contexto, no se podrá deslegitimar por siempre al nuevo gobierno hondureño que asuma el 27 de enero, y sí observar las intenciones de Manuel Zelaya, que no querrá desaprovechar apoyos ni candelero internacional.
Más allá de los conflictos políticos y limítrofes, varias postergaciones sociales irresueltas necesitarán más atención. Por un lado, de Chile a Ecuador o de Perú a Guatemala, las poblaciones indígenas vienen reclamando con creciente firmeza e impaciencia mayores derechos, más tierras y menos desigualdad. Por el otro, aunque la crisis económica se mitigue, la miseria se agravará si Latinoamérica continúa dependiente solo del aumento de las materias primas, y siga renuente a la globalización y el desarrollo, postergando tecnologías, innovación y educación.
El cambio climático, tras el fracaso en Copenhague, será la oportunidad en México de pedir una justa indemnización de los países ricos, pero también de presentar propuestas de reducción de gases como ya lo hizo Brasil con una reciente ley y planes para detener la desforestación, el mal con el que la región contribuye al calentamiento global.
Polémicas incipientes que surgieron sobre conducta y moral en el 2009, seguramente se revitalizarán este año. Entre ellas, la legalización de las drogas para reducir el narcotráfico y de los matrimonios entre homosexuales hasta para atraer turismo internacional; la adopción de hijos por parte de matrimonios del mismo sexo y el abuso del botox como fuente irrelevante de juventud.
Los gobiernos insistirán en vigilar la información, pero no podrán con la comunicación. Continuarán intentando maniatar a los medios con leyes y decretos con tal de aplacar el disenso, pero al expandir el uso de internet y la banda ancha para facilitar el desarrollo, indirectamente incentivarán el tráfico en las redes sociales y mejores formas de comunicación interactiva y libertad de expresión. El control será incontrolable.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
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enero 08, 2010
diciembre 31, 2008
Mis ritos de año viejo y año nuevo
Este es el día en que todo el mundo y en todo el mundo se ponen de manifiesto diferentes ritos y costumbres de manera que el año nuevo llegue sin los pesares del viejo, sorpresas agradables y, sobre todo, con prosperidad, amor y salud.
No tengo ritos costumbristas ni me apasionan los conocidos como comer doce uvas acompañando las campanadas, usar ropa interior de un color determinado, viajar a Times Square en Nueva York para celebrar la bajada de la bola de cristal, ni vestirme de blanco para entra al mar aquí en Miami Beach, ni mucho menos tirar tiros al aire sin ton ni son o quemar parte de la ropa vieja.
Mis costumbres son más modestas y tranquilas. Me gusta hoy 31 y mañana primero, hacer exactamente un poco de aquello que quiero y deseo que se traspase de un año a otro como si se tratara de entregar una posta, además de que mi limpia corresponderá sólo a deshacerme de papeles y trastes tanto de mi oficina como de mi casa y de mi estudio, las que deben entrar al nuevo año más organizadas o al menos con apariencias de más organizadas.
Hoy y mañana no me concentraré en nada todo el tiempo, sino más bien en un montón de cosas que me hacen sentir vivo y contento. Estaré con mi esposa ambos días; con mis hijos – ahora a la distancia dos de ellos de vacaciones en Argentina - practicaremos un poco de deporte, tenis si el tiempo acompaña o una caminata; pondremos algunos muebles y trastes en el garaje que serán donados; escribiré un poco cada día, parte de una columna semanal e incluso parte de un libro que escribo sobre mi infancia; me meteré en el estudio y si no llega la inspiración por lo menos mancharé pinceles y una tela ambos días; trabajaré un poco en cosas de mi oficina; veremos una película; rezaré por sabiduría y salud ya que entiendo que todo el resto de cosas podrán venir por añadidura; me levantaré bien temprano ambos días – hoy empecé bien a las 5:45 ya estaba arriba - ; no comeré nada que atente contra el colesterol que lo tengo a más de 230 y pensaré en como desprenderme de 5 kilogramos; llamaré por teléfono a la familia un poco en cada jornada y escribiré un par de mails a los amigos lejanos deseándoles salud y felicidad.
Eso en cuanto a los ritos. Sobre los deseos, espero tener la fortaleza para hacer lo que haya que afrontar y la salud necesaria; tener más sabiduría e inteligencia para seguir creciendo; conseguir el equilibrio en todo para ser mejor en la familia – que cada hijo vaya encontrando su camino - en el trabajo y con Dios, a quien le pido protección para mi familia cercana y las lejanas de todas aquellas cosas que uno no puede dominar.
En cuanto a lo que deseo y pido para todos los demás, amigos, conocidos, colegas, y países es salud y seguridad porque son las únicas cosas sobre las que nadie tiene el dominio completo. El resto, amor, paz, trabajo y prosperidad son parte de la añadidura.
Feliz Año y que tengamos un 2009 más estable, con mayor certidumbre y sin tantas sorpresas.
No tengo ritos costumbristas ni me apasionan los conocidos como comer doce uvas acompañando las campanadas, usar ropa interior de un color determinado, viajar a Times Square en Nueva York para celebrar la bajada de la bola de cristal, ni vestirme de blanco para entra al mar aquí en Miami Beach, ni mucho menos tirar tiros al aire sin ton ni son o quemar parte de la ropa vieja.
Mis costumbres son más modestas y tranquilas. Me gusta hoy 31 y mañana primero, hacer exactamente un poco de aquello que quiero y deseo que se traspase de un año a otro como si se tratara de entregar una posta, además de que mi limpia corresponderá sólo a deshacerme de papeles y trastes tanto de mi oficina como de mi casa y de mi estudio, las que deben entrar al nuevo año más organizadas o al menos con apariencias de más organizadas.
Hoy y mañana no me concentraré en nada todo el tiempo, sino más bien en un montón de cosas que me hacen sentir vivo y contento. Estaré con mi esposa ambos días; con mis hijos – ahora a la distancia dos de ellos de vacaciones en Argentina - practicaremos un poco de deporte, tenis si el tiempo acompaña o una caminata; pondremos algunos muebles y trastes en el garaje que serán donados; escribiré un poco cada día, parte de una columna semanal e incluso parte de un libro que escribo sobre mi infancia; me meteré en el estudio y si no llega la inspiración por lo menos mancharé pinceles y una tela ambos días; trabajaré un poco en cosas de mi oficina; veremos una película; rezaré por sabiduría y salud ya que entiendo que todo el resto de cosas podrán venir por añadidura; me levantaré bien temprano ambos días – hoy empecé bien a las 5:45 ya estaba arriba - ; no comeré nada que atente contra el colesterol que lo tengo a más de 230 y pensaré en como desprenderme de 5 kilogramos; llamaré por teléfono a la familia un poco en cada jornada y escribiré un par de mails a los amigos lejanos deseándoles salud y felicidad.
Eso en cuanto a los ritos. Sobre los deseos, espero tener la fortaleza para hacer lo que haya que afrontar y la salud necesaria; tener más sabiduría e inteligencia para seguir creciendo; conseguir el equilibrio en todo para ser mejor en la familia – que cada hijo vaya encontrando su camino - en el trabajo y con Dios, a quien le pido protección para mi familia cercana y las lejanas de todas aquellas cosas que uno no puede dominar.
En cuanto a lo que deseo y pido para todos los demás, amigos, conocidos, colegas, y países es salud y seguridad porque son las únicas cosas sobre las que nadie tiene el dominio completo. El resto, amor, paz, trabajo y prosperidad son parte de la añadidura.
Feliz Año y que tengamos un 2009 más estable, con mayor certidumbre y sin tantas sorpresas.
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