Nadie tiene dudas que Cristina de Kirchner renovará hoy su mandato en las elecciones argentinas y seguramente sobrepasará el 50% para quedarse con la Presidencia en la primera vuelta. Lejos está la época en que el gobierno parecía destinado a desmoronarse cuando la oposición le arrebató el Congreso al oficialismo en las elecciones legislativas de 2009 gracias a la resistencia de los campesinos ante las retenciones y cuando su marido falleció hace justo un año.
Pero en esta montaña rusa inherente a la política, Cristina parece estar más favorecida que nunca – como quedó demostrado en las elecciones primarias de meses pasados. Menos beligerante que antes cuando estaba en la sombra de su marido, Cristina pudo de a poco y con mucha plata dulce, producto de recaudaciones récord de impuestos y exportaciones de materias prima, hacer obras y contentar voluntades sobre la base de subsidios familiares.
Las cuentas no son muy claras, ni los índices de inflación ni los de pobreza – que permitirían una mejor lectura del país – son transparentes, así como tampoco han quedado aclaradas todas las acusaciones sobre corrupción pública, desde el enriquecimiento ilícito de la pareja presidencial, las valijas llenas de dólares que mandaba Chávez para la campaña electoral pasada a favor de Cristina o a manos de quien quedaron recursos del Estado que se usan para hacer propaganda, como los medios de comunicación comprados por testaferros.
Se dice que Cristina está al borde de hacer historia como la primera mujer en ser reelegida. Ojalá haga historia por seguir moderando su discurso, por sacarse de arriba gente del gabinete que parece destinada al servilismo que a gobernar con inclusión para todos los argentinos y que dedique grandes esfuerzos no solo para recaudar y dar subsidios, sino también para perseguir la corrupción y hacer un gobierno basado en la honestidad.
Si la corrupción es combatida, mediante un Poder Ejecutivo decidido y un Poder Judicial fuerte e independiente, la confianza atraerá más inversiones del exterior y el gobierno podrá dedicar esas energías a invertir en todo el país. Se generarán más empleos, más educación, salud y bienestar, cuatro elementos que de por sí solos, cuando están sincronizados, motivan innovación y creatividad.
Cristina tiene la opción para hacer historia. Solo que debe optar entre lo que merecen los argentinos o lo que quieren sus más cercanos allegados. Ojalá entierre al kirchnerismo y permita el argentinismo.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
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