Toda empresa periodística tiene el derecho a hacer y deshacer respecto a su línea editorial y a definir la empresa de los medios de comunicación que posea. Esa libertad de empresa es parte importante de la libertad de prensa. Nadie debe ni puede estar obligado a hacer nada que vaya en contra de sus principios o decisiones.
Pero es también cierto, que muchas decisiones deben ser contempladas desde el punto de vista de la ética periodística, la cual implica que una empresa de medios tiene responsabilidades mayores que una empresa privada dedicada a tareas comerciales. El periodismo tiene una mayor responsabilidad social debido a su impacto en la comunidad, por lo que una decisión debe sopesar este “peso social” y, al menos, debe hacer sus decisiones con trasparencia.
Este es lo que le faltó a la editorial española Planeta dueña del influyente diario El Tiempo de Bogotá que decidió el 3 de febrero, sorpresivamente, y si aviso y sin explicaciones cerrar la importante revista Cambio en Colombia. Una decisión amarga para muchos periodistas, pero también para una sociedad que en los próximos meses se la verá de lleno con una elección presidencial y en la que un medio de comunicación juega un papel importante para la vida democrática de un país.
Planeta dijo que cerró la revista por problemas económicos ya que las revistas sobre políticas están decayendo en todo el mundo. Seguramente el argumento puede ser muy sólido de parte de Planeta, nadie le podría pedir que pierda dinero, pero tampoco se le puede dejar de recriminar que cierre un medio justo en un momento tan importante o que no haya probado al menos traspasar su propiedad a otra firma.
El derecho legítimo de Planeta es hacer dinero, pero ese éxito cuantitativo tiene en el periodismo una responsabilidad, la que implica que se hacen necesarios algunos sacrificios y riesgos económicos en pos de la democracia y el bien común. Claro que esto no se le puede pedir a medios chicos ni medianos, pero sí es una responsabilidad mucho mayor para empresas grandes, como Plantea, cuya diversidad y pluralidad en la propiedad de medios le permitiría hacer un equilibrio entre sus medios que le permiten ganar mucho dinero y aquellos que son males necesarios, como podrían haber pintado a la revista Cambio.
Más aún, sabiendo que la revista no tuvo pérdidas el año pasado, sino menos ganancias, y que empezará a circular mensualmente en vez de por semana y que no continuará su actual director, Rodrigo Pardo, ni su editora general, María Elvira Samper, el cierre de Cambio se hace un poco más sospechoso, más allá de los derechos que tiene Plantea de hacer lo que quiera.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
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