La libertad
de Yoani Sánchez para que pueda salir del país terminó siendo una máscara que
el régimen cubano utiliza para distraer la atención pública sobre la represión
continua en el país contra los disidentes.
Un nuevo
informe de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional
(CCDHRN), concluye que hay “un aumento desmedido” de la represión, denunciando
que solo en el mes de abril, se produjeron arrestos temporales de 366
activistas y disidentes, realizados mayoritariamente con el objetivo de
amedrentar la opinión, las críticas y la disidencia en el país.
El informe
señala que Cuba sigue siendo el país que en las Américas utiliza las
detenciones de corta duración – varias horas o días – como arma de amedrentamiento.
Según el informe, se registraron, además, “52 casos de disidentes agredidos
físicamente por agentes policiales, 18 víctimas de actos vandálicos (tales como
apedreamientos de hogares y daños a la propiedad) y 8 actos de repudio”.
También se
indica que “las autoridades han reforzado la vigilancia de periodistas
independientes, opositores y activistas de derechos humanos en un buen número
de ciudades y regiones de la isla”.
Cuba
continua siendo un gran calabozo, mientras que este problema, lamentablemente,
sigue siendo ignorado por los gobiernos latinoamericanos que pocas veces dicen
algo al respecto. Es por ello encomiable la continua denuncia de CCDHRN,
dirigida por el activista Elizardo Sánchez, tratando de evitar que nadie se acostumbre ni ignore la represión del
régimen de los hermanos Castro.