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marzo 04, 2012

El arte de embaucar con el arte



El mundo del arte es impredecible y en el se encuentran obras de calidad y otras muy mediocres, incluso representadas por renombradas galerías, como pude observar anoche en Arte Américas, un espacio de tres días en Miami Beach Convention Center, dedicado al arte latinoamericano.

No existen explicaciones muy precisas sobre la calidad o el precio que se le otorga a una obra. Mucho depende del branding o marca del autor, de su trayectoria personal y artística – cuanto más polémica mejor – si se trata de un artista con mensaje político, como el chino Ai Weiwei, o de si tuvo una vida creativa prolífica o a un marchand mecenas, en algunos casos hasta un mercenario en busca de mercado y precios, más allá de la calidad de las obras.

De todo lo que vi anoche cuando visitamos la exposición con mi esposa, ningún precio me sorprendió tanto como el de un cuadro de Fernando Botero, un retrato de una gorda que no debe haber tenido más de 30 x 40 centímetros, a un precio de $325.000 dólares. Es una pintura chata, sin mensaje en absoluto, una gorda más de miles que el artista debe hacer a pedido de galerías para suplir su falta de ventas o poder brindarle espacio a nuevos y menos conocidos artistas con más calidad y mensaje, pero sin precio en el mercado.

El resto de Arte Américas tiene una combinación de galerías con arte reconocido con obras de Lam, Matta y Antonio Seguí con cifras astronómicas; arte de mayor calidad pero de precios bajos por artistas poco conocidos; y algunos artefactos que podría llamarse no arte, a unos precios siderales con la idea buscar suerte para establecer un piso y convertir a un artesano de porquerías en un artista de fama y cotización internacional.

Muchas veces el precio de la obra es solo la forma que se empieza el fraude del embauque en el mundo del arte.

marzo 30, 2011

Crepúsculo pictórico



Estuve en Arte Américas este fin de semana, la mayor feria de arte latinoamericano internacional en la pulularon galerías de México, Argentina y de Miami, con propuestas, estas últimas, de muy importantes artistas cubanos, cinco de ellos, permitidos a salir de la isla y visitar la exposición, debido a las mejores relaciones culturales entre Estados Unidos y Cuba, más allá de los alcances del embargo.
Muchas obras me impresionaron bien. Junto con Graciela, mi esposa, nos detuvimos en muchas de ellas y particularmente frente a un remolino de eruditos que lanzaban elogios sobre las obras del pintor hiperrealista Estévez. Miré de reojo en otra dirección porque no me gusta el arte prácticamente fotográfico y recaí en una obra de Agustín Bejarano, del otro lado del muro, que con otra técnica y paleta de colores, me recordó al temático Wolf Kahn, con sus coloridos paisajes en pastel y óleos.
Lo de Bejarano lo encontré suave, relajado, propio de alguien (pensé) que hace catarsis con la pintura y lo imaginé en un estudio prolijo, limpio, con música clásica de fondo y con unos sorbos de buen vino. Nos acercamos. La obra es buena y se titula Crepúsculo.
Esta mañana leyendo la primera página de El Nuevo Herald, la noticia principal me alarmó. Enseguida relacioné el apellido con la fechoría. Víctor Bejarano fue apresado ayer, sin derecho a fianza, por el supuesto delito de abusar sexualmente de un niño. El incidente ocurrió este pasado 20 de marzo en la casa de unos amigos aquí en Miami. Según los documentos de la fiscalía, entró al dormitorio de un niño de 5 añitos y lo obligó a que le tocara sus genitales y lo besó en la boca.
Veremos qué sucede con el tema en la justicia.
Después del shock de leer sobre tan abominable episodio, y de atar esa imagen con la buena pintura de Bejarano, me quedé pensando… cuánta gente notable y corriente, con apariencia apacible, buena, sabia, termina engañando a la sociedad con crímenes tan abyectos como éste.
La obra de Bejarano que acompaña este post, Crepúsculo, parece premonitoria del fin de una carrera artística, si es que la acusación es sólida ante la justicia.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...