La prensa, Ingrid y la exageración
Por Ricardo Trotti (foto tomada del diario El País, Héctor Guerrero)
Con justo argumento y reclamo las mujeres mexicanas
marcharon esta semana en protesta en contra del diario La Prensa por unas fotos
revulsivas que publicó de Ingrid Escamilla, una víctima más de los feminicidios
que afectan al país y a toda la región.
No es la primera vez que los ciudadanos protestan
contra los medios sensacionalistas. No reclaman por mentiras o por noticias
falsas, cuestiones que también son inherentes al periodismo amarillo, sino
porque exageran hechos escabrosos para llamar la atención y vender más.
La exageración de los hechos, de la verdad o el
sensacionalismo siempre fueron parte de la vida cotidiana, solo basta mirar los
espectáculos de lucha libre que atrapan a miles con los golpes exagerados y
teatrales de los luchadores. Todas las formas de entretenimiento tienen en su
esencia la exageración, modos orquestados para atrapar la atención de los
sentidos.
El periodismo sensacionalista hace lo mismo. A un rayo
de luz en la oscuridad lo transforma en un ovni y en una invasión apocalíptica
o a una celebridad le descubre ancestros en el nazismo o glorifica que una
comunidad haya linchado al violador que la justicia nunca condenó.
El problema es cuando el sensacionalismo se adentra en
hechos policiacos o la crónica roja. Como en el caso de Ingrid, tarde o
temprano, cruza la línea delgada que divide la verdad con la exacerbación del
morbo, del delito, del discurso, acciones todas que deshumanizan y restan
dignidad a las víctimas.
¿Por qué esta protesta ahora y no antes? Porque
siempre se llega a un punto de inflexión, una gota que rebalsa. Las razones de
las mujeres ante La Prensa son pertinentes y el reclamo justo. Otros medios
mexicanos, como hace poco decidieron varios periódicos de la cadena El Sol en
el interior del país, adoptaron el criterio de no publicar hechos de esta
naturaleza, con la intención de no seguir amplificando a los violentos y
construir un periodismo para la paz.
Cada medio tiene sus criterios y todos son
respetables. Más allá de la marcha justa de las mujeres ante La Prensa no creo
que haya que desacreditar de cuajo el valor que tiene la exageración como para pedir
la desaparición del medio o condenarlo en la hoguera pública. Tampoco hay que
ser exagerados desde la vereda de enfrente.
Estos medios o los medios serios que también publican
notas escabrosas de crónica roja juegan un papel social importante. Crean conversación,
llaman la atención de las autoridades, generan cambios e incluso sirven para
fomentar comunidades nuevas, como el grupo de mujeres en protesta.
El periodismo sensacionalista no es malo en sí mismo,
pero sí la intención que hay detrás de la exageración. Si es para entretener
vaya y pase. Si se justifica en los cambios sociales que pretende generar, bienvenido
sea. Sin embargo, si es por puro morbo, para vender más y en su intención deshumaniza
a las víctimas, es condenable.
Que sirva esta condena de las mujeres para que La
Prensa, el periodismo y los medios en general sean más responsables por lo que
publican y amplifican. Pero que esto no quite el miedo a liderar, ya que muchas
veces los medios deben exagerar los hechos para que estos llamen la atención y
generen cambios sociales y políticos.
1 comentario:
Press refers to the various media outlets and organizations that are responsible for gathering, reporting, and disseminating news and information to the public. This can include newspapers, magazines, dissertations proofreader services, television, radio, and other forms of media.Expression, on the other hand, refers to the act of conveying or communicating thoughts, ideas, opinions, or emotions through various mediums, such as speech, writing, art, music, and other forms of creative or communicative outlets.
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