domingo, 25 de enero de 2009

Autos, nosotros y rescates

No sé si a ustedes le sucede lo mismo, pero comprar o alquilar un automóvil mediante el sistema de leasing es una de las cosas más estresantes que hay. Como estoy en ese proceso, ya que se vence mi contrato de leasing, estoy tratando de renovarlo o irme a otra marca. Dentro de este proceso quedé sorprendido e insultando a los cuatro vientos.
No he encontrado hacer pichinchas con ninguna marca. Los precios de los automóviles están todavía por las nubes y noté que solo han bajado en un 3% durante el 2008. Sin embargo, se publican toneladas de avisos engañosos en los diarios donde ni siquiera la letra chiquita es confiable. Me he dado cuenta por experiencia propia visitando vendedores de todas las marcas, que el precio sigue por las nubes, que ha aumentado y que muchas marcas, como la Chrysler, han suspendido los programas de leasing.
¿Me pregunto? Nos es que excepto la Ford, pero si la Chrysler y la GM recibieron multimillonarios rescates de parte del gobierno, es decir dinero de nosotros, quienes pagamos impuestos. ¿No es que ese dinero serviría para reactivar planes y ventas? ¿No hubiera sido mejor que en vez de salvar a las concesionarias y fábricas nos hubiesen dado el dinero del rescate a nosotros? De esa forma podríamos afrontar la compra de los coches y así se reactivarían las ventas y todo el engranaje productivo que ellas mueven.
La verdad que uno queda medio confundido con todo esto. Los precios siguen tan exorbitantes como siempre, las ventas para la mayoría de las marcas han caído estrepitosamente, casi un 40% para la Ford y ya ni se salvó el gigante japonés de Toyota. Entonces ¿por qué no se ve el milagro del rescate o de precios de oferta o simplemente más baratos?
Ojala al menos que estos dineros exorbitantes y sin ofertas sirvan para acompañar planes de modelos de autos híbridos y eléctricos como la mayoría de las marcas ofreció en la Feria del Automotor de la semana pasada en Detroit, y cumplan con la promesa de tener coches eléctricos en circulación masiva a partir del 2012.
Esta alternativa que se registró durante el 2008 cuando el precio del petróleo se fue a las nubes hizo que muchos fabricantes pensaran en alternativas, lo que luego provocó que en la campaña electoral estadounidense se hicieran propuestas. Barack Obama fue el más agresivo en estos términos y está interesado en impulsar un programa inter americano de energía alternativa, pensando particularmente en acuerdos con países latinoamericanos, de tal forma de que EE.UU. y la región eliminen su dependencia de los países de la OPEP y en cierta forma de la propia Venezuela, país que trata que sus precios se muevan al ritmo político y no a los del mercado.