martes, 2 de marzo de 2010

Fuerza Chile!

No hay dudas que Chile es uno de los países descollantes de América Latina y que sus consecutivos gobiernos han demostrado al continente que cuando hay objetivos a largo plazo, cualquier ideología o forma de pensar política se adapta a favor del bien común.

No siempre el camino es fácil. Esta vez, la naturaleza le jugó una mala pasada al pueblo chileno justo en las postrimerías de su querido festival de Viña del Mar dándole una nota discordante y triste. Pero más allá de las imágenes escalofriantes que dejaron el sismo y el tsunami del sábado – además de la triste nota que siempre dan aquellos que se aprovechan para generar violencia y robos – y de algunas fallas que tuvieron las autoridades en el manejo de la información, todos tienen la certeza de que Chile se recuperará muy pronto, y sin tanto traumas como la paupérrima Haití que ha perdido a más de 200 mil almas en su tragedia de enero.

Parece que aquel dicho en el país de que “cada gobierno tiene su terremoto” se hizo verdad también para Michel Bachelet a pocos días de la entrega de su poder, cuando todo auguraba que su mandato terminaría sin grandes tropiezos. Seguramente, con el correr de los días, Bachelet seguirá recogiendo muchas críticas por la falta de reacción ante hechos puntuales sobre distribución de ayuda, falta de seguridad y por haber demorado en pedir ayuda internacional no habiendo calculado los daños reales desde los primeros momentos de la catástrofe, culpas que ya se le endosan a la Armada chilena por no haber previsto el tsunami y su proporción devastadora en las costas del país.

Hay varias cosas que se pueden rescatar de la experiencia chilena. Primero, no se tuvieron que lamentar tantas víctimas a pesar de lo que connotaba una catástrofe de esta magnitud. Segundo, tal vez lo más importante, es que a pesar de las diferencias que Chile mantiene con gobiernos vecinos como Bolivia y Perú, estos han sido los que ha reaccionado de inmediato manifestando solidaridad y aportando ayuda más allá de las palabras.

Quedará esta herencia y desafío grande para el presidente electo, Sebastián Piñera, que asumirá el 11 de marzo, y que seguramente seguirá los pasos de Bachelet, quien desde el primer día llamó a todos los chilenos y a los medios de comunicación a sumarse a la reconstrucción, con la frase más famosa que tienen sus ciudadanos: “!Fuerza Chile!”

Piñera tendrá la suerte que todos los males que se le atribuirán al gobierno por no haber reaccionado con mayor rapidez, se le podrán endosar a su antecesora.