sábado, 29 de agosto de 2009

El “Divisur” quedó igual. Colombia ganó

Después de la apretujada reunión de siete horas en Bariloche, todo quedó igual. Colombia sigue con sus planes de alianza con los militares estadounidenses en siete bases colombianas para enfrentar al terrorismo y el narcotráfico, y por más pataleos estúpidos que pegó Hugo Chávez y Rafael Correa, no pudieron disimular su desencanto con todos sus vecinos, porque no se aprobó ni la revisión del acuerdo ni el pedido de llamado a Barack Obama para que comparezca en otra reunión a dar explicaciones.

La reunión, como todas las que se hacen últimamente, no es otra cosa que para medir fuerzas ideológicas, entre la derecha de Alvaro Uribe, la izquierda recalcitrante de Chávez, Correa y Morales, la moderada de Lula da Silva, Cristina de Kirchner, Tabaré Vázquez y Fernando Lugo, y la acomodaticia de Alan García y Michelle Bachelet que juegan su ideología por una lado y su practicidad cuasi neoliberal del otro, teniendo las economías de mayor crecimiento.

Uribe salió muy bien parado en la reunión, teniendo en cuenta que estaba en el banquillo de los acusados y fue debido a él que la reunión la había convocado Chávez con la ayuda de su discípulo Correa. Uribe dijo que su acuerdo estaba cerrado y no merecía revisión, que su país era soberano y que si bien los ministros de Defensa del Unasur podrán observar lo que sucederá con las bases, logró que en la declaración final también se estableciera que a cambio de esa observación, se deberán revisar los acuerdos militares de otros países, las operaciones de las Farc en Colombia y Ecuador; a la vez que reclamó a los presentes mayor cooperación.

Cristina se comportó como siempre… jugando a la gran demócrata pidió relajamiento y bajar los decibeles, todo lo contrario a lo que practica internamente. Chávez sacó a relucir el viejo y manido argumento de que Estados Unidos quiere controlar e invadir a Venezuela y que trae “vientos de guerra”, como si los yanquis necesitaran ir a Colombia para preparar una invasión, a quienes le alcanzaría con un solo portaviones frente a Isla Margarita. Y Correa, escondido detrás de su arrogancia, sacó a relucir sus bravuconadas para seguir evadiendo las evidencias de los videos de las Farc que lo señalan como a uno de sus socios en su primera campaña electoral.

Parecía que tratando de expulsar a los estadounidenses de América Latina, algo que ya han hecho Morales, Chávez y Correa, le estaban sirviendo en bandeja el territorio colombiano y sus alrededores a las Farc para que sigan extendiendo su manto de terrorismo y narcotráfico. En realidad ninguno de los países presentes en Bariloche puede demostrar lo que realmente es necesario para combatir el narcotráfico, algo que Uribe viene consiguiendo de Obama y antes de George W. Bush: inteligencia.

Me refiero a inteligencia, sin sarcasmos, inteligencia militar y estratégica. Ningún sistema militar de los países latinoamericanos tiene la capacidad para combatir al narcotráfico, ya que éste los supera en estrategia. Los aviones Awacs y otros pertrechos de inteligencia que provee Estados Unidos son los únicos capaces de lidiar con los narcos y evitar que se siga desparramado por toda la región. Por eso no se entiende toda la tozudez y desvarío por el apoyo de Estados Unidos en la región.

viernes, 28 de agosto de 2009

Hambre

La retórica ruidosa que generan las riñas entre líderes latinoamericanos por mayor espacio ideológico, dificultan prestar atención a las verdaderas amenazas contra la paz y la seguridad en la región: el hambre y la inseguridad alimentaria.
Denominada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la “crisis silenciosa”, el hambre está repuntando en Latinoamérica después de años en receso, con el potencial de generar peligrosos conflictos sociales como se teme en Guatemala, donde se anunció esta semana que 4.059 poblados fueron afectados por una sequía que destruyó entre un 60 y un 90 por ciento los sembradíos de maíz y frijol.
La falta de alimentos y la inseguridad alimentaria como consecuencia de malas políticas agropecuarias, agravadas por la recesión internacional, el alto valor de los combustibles, las plagas y los bruscos cambios climáticos, están creando nuevos bolsones de pobreza. Hoy existen en Latinoamérica 53 millones de personas hambrientas, 13 por ciento más que en el 2008, de un total de 1.100 millones de desnutridos en todo el mundo, cifra que aumentará un 11 por ciento para diciembre, según la FAO.
Más allá de la disfuncionalidad física e intelectual que provoca el hambre, se trata también de un foco de desestabilización silenciosa capaz de originar sus propios golpes de Estado. Solo basta recordar el proceso que vivió Haití en abril de 2008 cuando por falta de comida hubo avalanchas humanas que produjeron muerte, destrucción y la destitución del primer ministro Jacques-Edouard Alexis. Por aquella época, el presidente de México, Felipe Calderón debió crear subsidios especiales para confrontar la “crisis de la tortilla”, un sobreprecio de un 60 por ciento del maíz, que alimentó aires desestabilizadores para el PAN, su partido político.
El hambre y la crisis están creando bombas que de no ser desactivadas a tiempo pueden detonar hasta en los lugares más insospechados. No por nada, el Papa Benedicto XVI acaba de desafiar al gobierno de Cristina de Kirchner para “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social”.
En ese país, otrora el “granero del mundo”, existen bolsas de hambruna por doquier. Aunque el gobierno argentino manipule los índices oficiales, un reciente estudio de la Universidad Católica Argentina certifica que 14 millones de personas, 39 por ciento de la población, son pobres, mientras que cuatro son indigentes. Solo en la provincia del Chaco, unos 2.000 indígenas siguen hoy protestando contra el hambre y la pobreza extrema frente a la sede del gobierno provincial, tras no haberse cumplido un fallo judicial supremo del 2007 que ordenaba paliar la desnutrición que cobró la vida de 22 indígenas de la zona.
Casi toda la población desnutrida del planeta vive en países en desarrollo debido, en parte, a la desigualdad en la distribución de la riqueza, como sucede en la mayoría de los países latinoamericanos. Las poblaciones indígenas, como muestran los ejemplos de Guatemala y Argentina, son las más vulnerables, alcanzando cifras escalofriantes. Un 48 por ciento de los niños guatemaltecos menores de 5 años sufre de desnutrición crónica y raquitismo. Cifras preocupantes se dan en otros países como Honduras y El Salvador.
La falta de alimentos no reconoce fronteras. Las naciones más desarrolladas, siempre más previsoras, están agresivamente adoptando políticas “ventajistas” que aumentarán la crisis a largo plazo. Arabia Saudita, Japón, así como otros países asiáticos, están alquilando tierras en países subdesarrollados para suplir sus faltantes de alimentos.
Culpables o no, los países ricos y los pobres deberán sentarse a la misma mesa en la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria de noviembre en Roma. Obligados a comer juntos, tendrán que digerir jornadas de negociaciones para impulsar mayores inversiones públicas y privadas en la agricultura, generar políticas de combustibles y fertilizantes alternativos para no agravar el cambio climático y crear programas de incentivos para devolver los campesinos al campo, ofreciéndoles tecnología barata y financiamiento.
Latinoamérica y el Caribe tienen un futuro brillante en la lucha mundial contra el hambre. Los recursos humanos y naturales son extraordinarios. Solo le basta a los políticos bajar los decibeles, dejar de pelearse y congeniar estrategias de producción. El trabajo y el empleo se encargarán de fortalecer la seguridad alimentaria y la democrática.

jueves, 27 de agosto de 2009

Se viene el "divisur"

La reunión está convocada para mañana en la hermosa Bariloche. Los 12 países integrantes del Unasur, con la presidencia de Ecuador, y a pedido de Venezuela, se enfrascarán en un “juicio sumario” contra Colombia, para tratar de que de marcha atrás a su alianza militar con Estados Unidos y siga así permitiendo a los soldados estadounidenses trabajar en bases colombianas en contra de la guerrilla y el narco terror.

Quien puso el grito en el cielo es Hugo Chávez pidiendo a Rafael Correa una reunión del Unasur sin que hasta el momento se haya sentido ofendido por el Plan Colombia que opera desde hace un lustro con un intercambio y colaboración extrema entre militares colombianos y estadounidenses que le han permitido a Colombia luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. El Plan Colombia le ha servido a Alvaro Uribe para aniquilar las fuerzas de las FARC y disminuir su fuerza a unos 9.000 subversivos, aumentar la percepción de seguridad de la población nacional, haciendo disminuir los secuestros en un 80 por ciento, los homicidios y recuperando gran parte del territorio nacional que estaba en manos de las narco guerrillas y los narco paramilitares. El gobierno estima que ahora tiene el control del 90 por ciento del territorio, mientras que en el 2003 sólo tenía bajo su control el 70 por ciento.

Esta reunión de Unasur parece, además, una de “divisur”, donde se podrá observar una áspera disputa entre los países andinos, todos peleados entre sí. Bolivia, Perú y Chile están enfrascados en una riña de micrófonos con una diplomacia que se ha escapado de las embajadas para instalarse en los medios de comunicación a través de declaraciones altisonantes por un diferendo limítrofe y la salida al mar, un grave problema que se inició hace dos siglos atrás cuando los países se enfrascaron en una guerra tripartita que a la postre terminó beneficiando a Chile adjudicándose territorios que Bolivia y Perú reclaman más ahora que nunca.

Colombia, Ecuador y Venezuela están enfrascados en una guerra verbal en la que la retórica ha servido para alimentar “vientos de guerra” por parte de Hugo Chávez quien no quiere que nadie intervenga en sus asuntos internos, aunque él haga todo lo contrario. La gran controversia y la verdadera es la que mantienen Colombia y Ecuador después de que en marzo del 2008 los colombianos justificaran la incursión en territorios vecinos en caso de que tengan que perseguir a las FARC. Años atrás Ecuador estaba pelado con Colombia por la fumigación de campos de coca en territorio ecuatoriano y un poquito antes, los colombianos estaban peleados con los peruanos porque Vladimiro Montesinos había “transferido” armas a las FARC, asimismo como los ecuatorianos estuvieron casi al borde de la guerra con los peruanos por un fuerte diferendo limítrofe.

Los únicos que están un poco más apaciguados son argentinos y uruguayos, quienes fueron los que se dieron pelea apenas Brasil instaló el Unasur en el 2008, debido a las diferencias por la planta de celulosa instalada en Uruguay que Argentina reclamaba envenenaba un río limítrofe.

En fin, Colombia tratará mañana de contrarrestar las acusaciones en su contra, justificando que Unasur no puede meterse en asuntos de su soberanía, que la presencia militar estadounidense se justifica y preferirá abrir el debate ante otros acuerdos militares que países como Venezuela mantienen con Rusia e Irán o pedirá explicaciones sobre la carrera armamentista que hay en la región con Brasil, Chile y Venezuela a la cabeza.

Veremos si los resultados serán los mismos que hubo en Santo Domingo después de una escalada retórica del año pasado que terminó con abrazos y apretones de manos para disipar diferencias o si este Unasur está destinado a ser un simple “divisur” y reflejar la realidad de una región. Por lo pronto, muchos hace el ridículo, como Evo Morales tan llamado siempre a tirar ideas novedosas sobre las mesas, como la de hacer un plebiscito entre las poblaciones latinoamericanas para saber si los “pueblos” apoyan o no a Colombia en su alianza con los ejércitos del imperio. Sin palabras.

martes, 25 de agosto de 2009

Duro golpe a la OEA

Los siete cancilleres latinoamericanos se marcharon hoy de Honduras con la cabeza baja, después de dos días de entrevistas y negociaciones con un amplio espectro de hondureños. Su misión era convencer a Roberto Micheletti de que aceptara renunciar y restituir en el poder a Manuel Zelaya, como manda la propuesta del presidente costarricense Oscar Arias.
El duro golpe continuará en estos días para la OEA. Mañana en Washington, en medio de la reunión de embajadores de la OEA, Colombia introducirá una moción para rechazar a Hugo Chávez por su “proyecto expansionista”, ya que el domingo el presidente venezolano instruyó a su ministra de propaganda a que “hay que hacer todo lo posible para que mi mensaje llegue a los colombianos”, algo que Chávez ya había hecho el 16 de agosto cuando publicó un campo pagado en los diarios de referencia colombianos denunciando la connivencia militar entre Estados Unidos y Colombia.
También el viernes, el tema militar que ha levantado “vientos de guerra” según Chávez, será la excusa para la reunión de Bariloche del Unasur que hora conduce su homólogo Rafael Correa, por lo que de haber algún acuerdo o arreglo será nuevamente fuera de la OEA, un organismo que da la apariencia que no está ayudando a solucionar los grandes problemas de una región, cuyos asuntos más importantes, como los conflictos entre chilenos-bolivianos- peruanos o entre nicaragüenses-hondureños o ecuatorianos-colombianos o venezolanos-colombianos o argentinos-uruguayos o venezolanos-contra todos, están lejos de resolverse con el liderazgo de la OEA y de su secretario general.
Micheletti no cedió a la persuasión de los cancilleres y dijo que su gobierno se mantendrá firme a pesar de las nuevas presiones del gobierno de Estados Unidos en la suspensión de las visas generales que afectarán a unos 30 mil hondureños en forma anual. Micheletti dijo que seguirá adelante con el proceso electoral y estará por verse que suspensiones impondrá la comunidad internacional, ya que difícilmente podrá no reconocerse un proceso que estaba pautado desde antes de la salida de Zelaya y que tiene la garantía de la mayoría de los partidos políticos y los órganos rectores dentro del país. El nuevo gobierno se presta a desafiar a la comunidad internacional prometiendo una participación masiva en las elecciones de noviembre para demostrar el apoyo a la democracia.
Estará por verse lo que suceda en estas próximas semanas, las presiones económicas más extremas y cuáles serán las estrategias de Zelaya y Chávez que han estado desaparecidos por un par de días del tema Honduras, lo que parece toda una eternidad.

Uribe y la concentración de poder

Lamentablemente, todo parece indicar que los vientos reeleccionistas que tanto se critican en toda Latinoamérica por permitir a los gobiernos seguir concentrando poder, debilitando a las democracias, será el mismo camino que seguirá Alvaro Uribe en Colombia, para quien se reformaría una vez más la Constitución para que siga siendo presidente por tercera ocasión consecutiva, después de que ganó las elecciones en el 2002 y una reforma en el 2006 que le permitió quedarse en el Palacio de Nariño.

En vísperas de lograr una nueva autorización para un plebiscito que le permita a los colombianos decidir si puede haber una reforma adicional a la Constitución para un tercer mandato consecutivo, Uribe se muestra y se deja idolatrar por los sabuesos que predominan en todo el continente halagando a las mayorías – y gastando plata por doquier – para que le sigan dando su voto de confianza, lo que indudablemente terminará desgastando a la democracia y haciendo del presidencialismo uno de los peores pecados que existen en América Latina.

Seguramente muchos colombianos se inclinarán por darle otra oportunidad a Uribe, un presidente que tiene alta popularidad por su sabiduría en haberle devuelto a Colombia gran parte de la seguridad y estabilidad que gobiernos anteriores no pudieron asegurar tras décadas de drogas y violencia provocadas por las FARC y otras narco guerrillas.

De todas maneras, lo que indican las mayorías no siempre es bueno y muchas veces es perjudicial y la historia lo viene demostrando en muchos procesos. Muchas veces estas mayorías son compradas, como se está demostrando con las denuncias de cientos de políticos colombianos que han sido “ayudados” por el estado con asignaciones y dineros a favor de la reelección, así como se prevé que el gobierno pondrá toda su maquinaria para trabajar a favor de un plebiscito que no le será desfavorable. El problema mayor, es que el plebiscito no solo autorizará una posible reforma constitucional y reelección presidencial, sino que legitimará una excesiva concentración de poder, proceso político que siempre terminó en abusos de poder.

Enfrentar a Chávez pide el Post

El diario estadounidense The Washington Post puso las tildes sobre la íes. Dio en el clavo en su editorial de hoy al desafiar a los gobiernos latinoamericanos a no quejarse tanto de Estados Unidos, especialmente en lo concerniente a un grupo de militares que servirán de auxiliares en siete base colombianas, cuando el verdadero problema de la región se llama Hugo Chávez.
El editorial del Post especifica que la verdadera amenaza de la región es Hugo Chávez quien es justamente un gran amigo del gobierno iraní de Mahmud Ahmadinejad, presidente acusado por la Justicia argentina de haber nombrado como ministro de Defensa a un personaje oscuro, buscado por interpol, por ser el responsable del atentado contra la AMIA en Buenos Aires.
El Post criticó a los gobiernos latinoamericanos diciendo que se reunirán en Bariloche en el marco del Unasur este próximo viernes por la presencia militar estadounidense en Colombia, mientras que la verdadera amenaza para la región es la de Chávez que ha comprado armas a los rusos, practicado ejercicios navales con la armada de ese país, ha vendido armas suecas a las FARC, aunque omitió incluir en la lista de desbarajuste del presidente venezolano, que está entregando uranio enriquecido a los iraníes y apoyando grupos subversivos internacionales dándole cobijo en su territorio o apoyándolos en otras regiones del continente.
Luego de enumerar atropellos a la libertad de prensa y de expresión y violaciones a los derechos humanos y las garantías constitucionales, denuncia a Chávez como un gran embaucador que habla de que “soplan vientos de guerra” para tapar y "distraer la atención de su propia conducta y al mismo tiempo está colocando a la defensiva al gobierno estadounidense".
Por último, este periódico liberal que siempre ha tenido predilección por los gobiernos demócratas, pone mejor los puntos sobre las íes al referirse al presidente Barack Obama a quien le endilga parte de la culpa del comportamiento de Chávez. Dice que el gobierno de Obama se muestra débil y timorato porque no ha sabido denunciar “las graves y genuinas acciones hostiles que Chávez ha tomado contra sus vecinos y contra la oposición democrática en su propio país. Esos son realmente los hechos que deben ser tema de una reunión interamericana. El hecho de que no lo son demuestra cuán lejos está el gobierno estadounidense de tener una eficaz diplomacia hacia Latinoamérica".

domingo, 23 de agosto de 2009

Correa y sus ansias por controlar

El presidente Rafael Correa se apareció en la isla de Cuba este fin de semana para visitar a Fidel Castro y seguramente para buscar mayores consejos sobre qué hacer con los ``Comités de Defensa de la Revolución Ciudadana'', que hace unos días prometió crear en Ecuador y que dijo que serían elementos de disuasión para quienes quieran romper la democracia.

“El próximo seré yo”, declaró Correa en alusión al presidente hondureño Manuel Zelaya, y de esa forma justificó la creación de grupos ciudadanos que servirán para controlar a sus vecinos y garantizar un gobierno libre de disensos; tratándose de las estructuras más antidemocráticas que se puedan concebir.

Esta nueva modalidad de Correa - que sacó de la galera porque no lo había siquiera prometido durante su campaña electoral – es una de las formas de asemejarse a Hugo Chávez con sus Círculos Bolivarianos y a Fidel Castro con los Comités de Defensa de la Revolución y la Unidades de Respuesta Rápida, que no son más que grupos oficialistas para controlar y atemorizar.

Correa dijo que estos “comités” servirán como “antídoto” para contrarrestar a las “oligarquías golpistas”, lo que indudablemente les está dando un carácter de choque, como una especie de grupos paraestatales, ya que como sucede en Nicaragua, Venezuela y en Cuba son usados para amedrentar a detractores y opositores al oficialismo.

Seguramente después de un tiempo, estos grupos, una vez conformados, irán exigiendo más poder hasta que terminarán siendo incontrolables. En América Latina hay muchísimos ejemplos y de todo tipo de ideología, desde los “descamisados” utilizados en la época peronista argentina hasta la Patrullas de Autodefensa Civil que el gobierno guatemalteco armó durante la guerra civil y las Autodefensas Unidas de Colombia que se originaron para contrarrestar a los grupos subversivos.
Correa ya no esconde su objetivo de permanecer para siempre en el poder, de ahí sus ansias de controlar todo. Lamentable para la democracia ecuatoriana.