noviembre 09, 2011

Necesario invertir en justicia


La inseguridad pública y la corrupción son las grandes dificultades que a diario soportan los latinoamericanos, a juzgar por las encuestas y estudios sobre calidad de vida en la región, lo cual es consecuencia de un problema aún más agudo: la falta de sistemas judiciales fuertes y eficientes.

La debilidad de la justicia tiene diversas fuentes, entre ellas, los magros recursos económicos que no superan el 1% del Producto Bruto Interno en los países latinoamericanos; la falta de profesionalización y la infiltración del crimen organizado; y, en peor medida, la falta de independencia, producto del avasallamiento constante que sufre de parte de los poderes políticos.

Un estudio de Freedom House difundido este viernes observó que el éxito de los nuevos procesos políticos en países árabes dependerá de la fortaleza de sus sistemas judiciales, mientras que en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, se percibe un deterioro democrático debido al declive sustancial de la primacía del Derecho en materia civil y criminal.

La falta de independencia judicial no solo está moldeada por aquellos políticos que nombran jueces ideológicamente compatibles, sino también cuando se cambian las reglas de juego con leyes y acuerdos, que bajo la excusa de la reconciliación nacional, favorecen a unos cuantos privilegiados, en desmedro de las víctimas y del bien común.

Por lo visto, en América Latina no acabamos de aprender de nuestros errores, como las amnistías y leyes de Punto Final que por décadas blindaron a los represores que asolaron el Cono Sur en la época de las dictaduras militares. Hace unos días en Uruguay se celebraba la decisión del Congreso de eliminar una ley de amnistía que protegía a criminales durante la dictadura y el de Brasil creaba una Comisión de la Verdad para revisar casos de su oscuro pasado; pero en Perú, una vez más, se proponía una amnistía general, por las violaciones a los derechos humanos en otras épocas.

La polémica entre perdonar y olvidar la reabrió el ministro peruano del Trabajo, Rudecindo Vega, admitiendo que la amnistía debería incluir al ex presidente Alberto Fujimori y a Antauro Humala, hermano del Presidente, y de paso, a los miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso, como para que todo aparente una reconciliación general. Lo lamentable, en todo caso, es que cualquier arreglo terminará afectando a la Justicia, que sin responsabilidad alguna, deberá cargar con la falta de reparación y expectativa de equidad que sentirán miles de víctimas que por décadas fueron afectadas por el terrorismo y los abusos de Estado.

La desazón y desconfianza de los ciudadanos ante la justicia es mayor, cuando se observa que tampoco existe mucha expectativa de que las injusticias se puedan zanjar en tribunales internacionales. Casos recientes de Venezuela y Ecuador lo comprueban. Pese a compromisos contraídos, Hugo Chávez no cumplió con la orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de restituir los derechos políticos al proscrito Leopoldo López, aspirante a la presidencia; mientras que esta semana Rafael Correa rechazó las críticas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre violaciones a la libertad de prensa y se negó invitar a una delegación de la institución para que investigue en su país.

Pero más allá de los intereses políticos, la Justicia no puede funcionar con los mismos recursos que en otras épocas, cuando había menos conflictos y el crimen organizado estaba menos globalizado. Así como en Perú, Colombia y Argentina, en República Dominicana, el Poder Judicial también reclama para el 2012 un mayor presupuesto, un 2.6% del PIB como manda la ley, aunque no tiene muchas esperanzas de alcanzar el ideal que existe en países desarrollados, donde el control del crimen está ligado a la fortaleza de la Justicia.

Así, con bajos recursos, existe el peligro de incentivar mecanismos de justicia por manos propias, como en Guatemala, donde las comisiones de Seguridad Municipal, grupos de vecinos auto convocados y autorizados por ley, terminan siendo responsables de tortura, secuestro y ejecuciones extrajudiciales, delitos que se supone deberían prevenir.

Lamentablemente, casi todos los gobiernos latinoamericanos ven en la Justicia un instrumento político y un gasto, donde deberían ver una inversión y promover su independencia.

noviembre 08, 2011

Ortega: Presidencia ilegítima


Las elecciones en Nicaragua no fueron limpias este domingo según lo comprobaron cientos de observadores apostados por la OEA y la Unión Europea, así como fiscales de los partidos de oposición.
Los bloqueos a los observadores y muchas urnas repletas de votos a favor del presidente actual y elegido, Daniel Ortega, son tan groseros como la autorización que recibió de parte de una Corte Suprema adicta para presentarse a una reelección, lo que está prohibida por la Constitución.

Ortega, gracias al apoyo económico de Hugo Chávez, hubiera podido igualmente ganar las elecciones con juego limpio. Pero es obvio que quiso establecer unos estándares máximos por arriba del 60% para tener mayoría en la Asamblea Legislativa y así poder luego hasta cambiar la Constitución para eternizarse en el poder y hacer más legítima una Presidencia que es ilegítima.

Estorbar a los observadores, quienes fueron autorizados a estar en Nicaragua a regañadientes, es una vergüenza para el proceso democrático de América Latina.

Y muchos se preguntan: ¿Cómo parar estos abusos? Los hondureños pararon un abuso similar de Manuel Zelaya pero con consecuencias malísimas para el país que fue expulsado de la comunidad internacional. ¿Pero qué hacer en estos casos como el de Ortega?

Se trata de un gran dilema para la comunidad intergubernamental internacional y para los organismos que velan por la transparencia de los procesos democráticos.  

noviembre 07, 2011

Dilema: economía o ecología

Tal como la marcha de indígenas en Bolivia hizo que el presidente Evo Morales desistiera de su proyecto de atravesar la amazonia boliviana con una carretera, entre acusaciones que se dañaría el medio ambiente, este domingo activistas y manifestantes rechazaron frente a la Casa Blanca en Washington un proyecto de la empresa TransCanadá para construir un oleoducto entre la provincia canadiense de Alberta y el estado de Texas.

El reclamo tiene que ver con la conciencia cívica sobre los enormes problemas al medio ambiente que atrae el petróleo y, en especial, que el gobierno de Barack Obama no puede prometer – como lo hizo desde la campaña electoral y varias veces en su Presidencia – energías limpias y alternativas, ahuyentar y hacer lobby en contra de las compañías perforadoras contratadas por Cuba, pero al mismo tiempo encarar un proyecto de oleoducto.

El gobierno de Obama debe ser consecuente con su discurso sobre medio ambiente y no enturbiar el ambiente con la aceptación de un proyecto que, según su administración, permitiría crear unos cinco mil puestos de trabajo durante cada año que dure el proyecto y brindar mayor autonomía e independencia energética de otras fuentes estratégicas e inestables como son los países del Medio Oriente o Venezuela.

Obama está ahora en un dilema. Cómo hacer para equilibrar el respeto por el medio ambiente y generar mayor desarrollo. Mucho dependerá, como sucedió en Bolivia, de lo que dirán quienes viven en las zonas por donde pasaría el oleoducto y de cuán grande se tornará el movimiento de activistas en su contra.

noviembre 06, 2011

Santos: recuperar la memoria y + conexión


Días antes de que el Ejército colombiano matara esta semana al jefe guerrillero de las FARC, Alfonso Cano, el presidente Juan Manuel Santos firmó la Declaración de Chapultepec de la Sociedad Interamericana de Prensa y en un gesto que lo ennoblece como periodista, dedicó el acto a los comunicadores que “han entregado sus vidas en honor a la verdad y en defensa de nuestra libertad”.

Su actitud fue conmovedora tratándose de que en su memoria persisten más de 100 periodistas asesinados en las últimas décadas, quienes cayeron, en su mayoría, por represalias de los narcotraficantes y guerrilleros, muchas veces en connivencia con los funcionarios y políticos de turno. Ojalá que esta firma, que el Presidente centró en el artículo 4 de la Declaración en el que se recalca la violencia y la necesidad de que los estados deben “investigar con prontitud y castigar con severidad” a los crímenes y los criminales, sirva para que el sistema judicial envigorice su trabajo para atrapar a los violentos y no dejar que más de 30 casos de asesinatos contra periodistas prescriban.

“Muchos de nuestros periodistas – dijo Santos- han muerto por la verdad, pero su sacrificio ha hecho que el corazón de nuestra sociedad sea hoy más libre que nunca. A esos mártires debemos rendirles honores por la solidez de sus convicciones y por su valor para enfrentarse a los violentos… debemos darles gracias por su olfato para ladrar —como heroicos perros guardianes de la sociedad— y alertarnos cuando los criminales han querido hacer de las suyas”.

Otro aspecto que hace a la libertad de prensa y de expresión en Colombia fue altamente considerado por Santos en su discurso. Al dirigirse a sus ex colegas, dirigentes de periódicos que representaban a Andiarios, la asociación nacional de diarios colombianos, Santos mencionó que sabía de sus preocupaciones y desafíos profesionales, ante la caída de la publicidad en sus negocios y porque las audiencias están cada vez más yéndose del papel hacia la lectura digital.

Para darles ánimo de mantener los mismos valores del periodismo pero adaptarlos a las nuevas tecnologías, Santos desglosó un ambicioso plan. Se trata del Plan Vive Digital, sobre el que dijo permitirá cuadriplicar las conexiones a banda ancha a 8,8 millones de un total de 4,1 millones actuales y de los 2,2 millones al principio de su Presidencia en 2010. También anunció que hace un mes, su gobierno cerró la licitación del Proyecto Nacional de Fibra Óptica con el que se espera conectar a 900 municipios del país.

Lo de Santos se trató de dos obras importantes para la democracia. Recuperar la memoria de quienes fueron asesinados por defender su derecho a la libertad de expresión y de prensa, y lograr mayor rapidez y conexión en la comunicación entre ciudadanos.

noviembre 05, 2011

Correa: por la boca muere el pez


Lo del gobierno del presidente Rafael Correa no tiene nombre. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos acaba de pedirle oficialmente a su gobierno explicaciones por las represalias tomadas públicamente contra periodistas y activistas de los derechos humanos ecuatorianos que el 25 de octubre acudieron a las sesiones ordinarias de esa institución, convocados a declarar durante una audiencia dedicada a la libertad de prensa.

Luego de esa audiencia, quienes participaron fueron escrachados e insultados en las cadenas de radio y televisión del gobierno, en una muestra más de intolerancia contra quienes opinan y piensan diferente al discurso oficial. Es evidente que estos ataques no son más que formas directas de intimidación en busca de autocensura.

Correa está cada vez más expuesto a la opinión internacional y es el mejor servicio que esos periodistas, los activistas de derechos humanos y la CIDH pueden hacer a favor de la libertad de expresión. Nadie debiera tener miedo a expresarse libremente y el gobierno tiene prohibido, por la Constitución, tomar represalias en contra de quienes opinan diferente.

Correa viene dando muestras de arrogancia e intolerancia, desde los juicios millonarios que interpuso contra periodistas y medios, hasta cuando se abrió la camisa para que le peguen un tiro en el pecho durante la rebelión militar. Debe tener en cuenta que en algún momento sus propios dichos le estarán jugando una mala pasada; hay quienes ya deben estar acumulando mucha evidencia sobre sus insultos y difamación, para pagarle con la misma moneda a sabiendas de las razones valederas del refrán de que por la boca muere el pez.

noviembre 04, 2011

Cuba: comprar casas, autos, pero…


El gobierno de los Castro dio un nuevo paso para solventar una economía comunista que se cae a pedazos. Mientras Fidel escribe en contra del capitalismo del G20 y acusa a las potencias y a los países emergentes de todos los males de la raza humana, su hermano Raúl autorizó a los cubanos a comprar, vender y permutar sus viviendas.

La nueva medida se suma a otras en esa misma dirección como la autorización para compra – venta de automotores y a un significativo número de profesiones que los cubanos pueden hacer por su propia cuenta, todo habilitado en este 2011.

No hay que engañarse, la esencia del comunismo cubano no cambia en nada. Estas son simplemente oportunidades económicas para respaldar un sistema económico siniestro que estuvo siempre subsidiado por países amigos, así fueran primero los rusos – no solo por cuestiones geopolíticas estratégicas sino también por exportación de revolucionarios - los chinos y en la última década por Venezuela.

Para que uno crea que el gobierno de Cuba está adoptando cambios y alejándose del comunismo, la revolución debiera permitir que los cubanos fueran libres de trasladarse dentro o fuera de su país, que puedan expresar lo que sienten sin temor a sufrir represalias y que puedan formar asociaciones bajo intereses comunes e individuales; y que el Estado deje que el libre albedrío sea el valor por excelencia, como en cualquier sistema político que se precie de ser democrático.

Los Castro son embusteros. Solo quieren prolongar el comunismo, así como la inmunidad de la que gozan sin tener que enfrentar opiniones, oposición ni a la justicia.

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