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junio 22, 2014

Niños migrantes:Sueños y pesadillas

El mundo conmovido respiró aliviado cuando supo que la fotografía de Marwan era irreal o fuera de contexto. El niño sirio de cuatro años que fue fotografiado escapando en solitario de la guerra mientras cruzaba la frontera con Jordania, en realidad caminaba rezagado a metros de sus padres.

Pero en nuestro continente esa imagen es real y se repite a diario. Miles de menores centroamericanos de 12 años no acompañados tratan de cruzar la frontera entre México y EE.UU. en busca de su “sueño americano”, empujados por sus padres en los países de origen o por quienes ya viven en el norte.

Lamentablemente para muchos de estos niños los sueños se convierten en pesadillas por obra y gracia de los traficantes de personas que los someten a abusos y explotación sexual. Otros logran pasar la frontera pero son detenidos y sometidos a procesos migratorios traumáticos, depositados en albergues temporales y luego deportados. 

Hasta el momento, la inesperada ola de niños inmigrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador sobrepasa la capacidad del gobierno estadounidense, más enfocado en una reforma legal para solucionar el estatus de más de 11 millones de indocumentados, que para atender esta “urgente crisis humanitaria” infantil, como la calificó esta semana el presidente Barack Obama.

No es para menos, en lo que va del año, más de 40 mil niños centroamericanos sin acompañantes fueron aprehendidos en la frontera. Por ello Obama creó una agencia multidisciplinaria para buscar soluciones, preocupado por la tendencia creciente de la crisis. Para fines de año se calcula que la cifra de niños que son detenidos queriendo cruzar la frontera subirá a 60 mil, de los siete mil casos registrados en 2011 y 24 mil en 2013. Se pronostican 150 mil casos para 2015.

Las causas de la inmigración hacia el norte son muchas. Tradicionalmente los movimientos migratorios se originaron por persecución política, crisis económicas y pobreza. Ahora la violencia y la inseguridad se sumaron como factores claves. Los padres prefieren el riesgo y la incertidumbre de la inmigración a la certeza de un presente pobre y violento para sus hijos, que sin opciones, terminan reclutados por narcotraficantes y pandillas juveniles.

Pese a esas causas, los políticos se desgarran las vestiduras. En EE.UU. la oposición republicana culpa al gobierno demócrata de haber suspendido las deportaciones, incentivando la inmigración. Obama prefiere culpar a la oposición por no votar a favor de una reforma migratoria integral y a la violencia incontrolable en la región. Mientras tanto, al sur del Río Bravo, los funcionarios centroamericanos y mexicanos excusan su ineficiencia, acusando a los traficantes que, en su afán por mayor clientela a seis mil dólares por cabeza, propagan rumores sobre que el gobierno estadounidense concederá pronto una amnistía general legalizando a todos los indocumentados del país.

Obama envió al vicepresidente Joe Biden a reunirse esta semana con sus pares centroamericanos, buscando frenar la crisis. Prometió más ayuda humanitaria para mejorar condiciones de vida; pero, sobre todo, dijo que no habrá amnistía y proseguirán las deportaciones, buscando disuadir a padres y traficantes.

El tema es muy complejo. Los gobiernos centroamericanos enfatizan en que quieren un trato humanitario para los menores, que se les permita reencontrarse con sus familiares y se les legalice. En realidad temen que sus padres, indocumentados, también sean deportados y con ello tener que soportar la crisis humanitaria que ahora está del lado de EE.UU. y que, además, se desmorone el mayor ingreso de divisas para Centroamérica que representan los envíos de remesas familiares.

Por ahora, el peso de la crisis recae en la compasión o no que el gobierno estadounidense está dispuesto a sobrellevar y en la adopción de la reforma migratoria.

Sin embargo, no podrá haber soluciones válidas sin el compromiso de México, un país que incentiva la crisis al hacer poco para detener el negocio lucrativo de los traficantes. Un negocio que cuenta con la complicidad de instituciones corruptas y que es responsable, de los robos, secuestros y abusos a lo que se expone el 70 por ciento de los inmigrantes que pasan por ese “corredor de la muerte”, como comúnmente se le denomina a esa travesía hacia el “sueño americano”. 

noviembre 28, 2012

Acuerdo migratorio inminente


Tal vez lo mejor que pudo haber pasado en las elecciones del 6 de noviembre pasado y con la relección del presidente Barack Oabama, es que todos se hayan dado de la importancia del voto latino en el resultado final.

Eso ha impulsado esta semana a senadores republicanos a presentar un proyecto de ley para blanquear – con prioridad – el estatus de más de 11 millones de personas indocumentadas involuntariamente – denominadas dreamers - quienes de pequeños fueron traídos a EEUU y de pronto quedaron ilegales. Se trata de los senadores Jon Kyl y Kay Bailey Hutchison, pronto a jubilarse, quienes presentaron el Achieve Act una versión acotada del Dream Act.
Hoy, en otro episodio que puede determinar un arreglo necesario entre demócratas y republicanos, el comité de legisladores hispanos demócratas, presentó un grupo de nueve principios rectores que debería ser la base de una reforma migratoria integral que incluye la nacionalización de los dreamers.

Los demócratas buscan un arreglo bipartidista. Consideran que los dreamers que no tengan prontuario criminal, hablen inglés y paguen impuestos podrán obtener la residencia permanente, paso previo a la ciudadanía.

Sobre la mesa los republicanos tienen un conflicto de interés en ciernes. Saben por un lado que los latinos tienen cada vez mayor fuerza electoral y que deben hacer algo específico para ganar su voluntad. Pero, por otro, mantienen la idea de que no puede premiarse a aquellas personas que han violado las leyes, por lo que la reforma integral migratoria como tal, solo consiga hacer acuerdos en materia de los dreamers y no se convierta en una amnistía para todos.


mayo 02, 2010

Todos debe ser Arizona

El movimiento espectacular de gente en Estados Unidos reclamando por la hipócrita Ley 1070 de Arizona que transforma en delincuente a toda aquella persona indocumentada, servirá en el país para apurar una reforma migratoria que quedó rezagada por el gobierno de Barack Obama ante otras urgencias, con las reformas económicas y de salud.
Como el dicho dice que no hay mal que por bien no venga, todos apuestan a que Obama no tendrá otra alternativa de mostrarle a 11 millones de indocumentados el camino definitivo hacia una pronta ciudadanía.
Pero esta ley debería servir no solo a EEUU para hacer una reforma federal, sino que el tema de las migraciones y la xenofobia que ellas traen consigo pueda discutirse abiertamente en otros países americanos, cuyos gobiernos, sobre todo los neo progresistas están aprovechando – hipócritamente - las circunstancias para criticar a Arizona y condenar a EEUU. Aunque no se den cuenta, esa barata demagogia permite desnudar que sus países son expulsores de cientos de miles de ciudadanos que prefieren todos los años desafiar las leyes de EEUU, pero vivir en un sistema que les provee mayores esperanzas económicas y humanas.
Pero más allá de ese cinismo, el tema de las migraciones debería analizarse en toda su dimensión a nivel interamericano. ¿Qué pasa con aquellos inmigrantes paraguayos en Argentina? ¿y con los argentinos en Perú? ¿Y con los peruanos en Chile? ¿y los centroamericanos cuando atraviesan México para llegar al norte? ¿y los desplazados colombianos en su propio territorio? ¿y los hondureños en Nicaragua y los nicaragüenses en Costa Rica?
Lamentablemente en todos los países existen trabas increíbles en contra de los migrantes y las “Arizonas” están multiplicadas. Ojalá la necesaria reforma que tendría que establecerse en EEUU, un país que más alá de las circunstancias, siempre ha dado la bienvenida a millones de extranjeros, desplazados y perseguidos, pueda también tornarse en un tema de importancia en toda Latinoamérica.
Por eso el lema de “Todos somos Arizona” con el que se hicieron marchas en todo el país en apoyo a la reforma migratoria, debiera ser un estímulo y un deber a extenderse a todos los países de la región.

La ironía de la libertad

Existen dos tipos de libertad, la propia y la ajena. Una es la que gerenciamos y depende estrictamente de nuestra conciencia y de las decisi...