En una semana de diferencia, dos sillas vacías se ocuparon de denunciar a dos de los regímenes más despóticos y violadores de los derechos humanos que existen en la Tierra, el chino y el cubano.
Así, el cubano Guillermo Fariñas y el chino Liu Xiaobo, fueron representados en las ceremonias donde se les entregaron los galardones más distinguidos y merecidos que se entregan en el mundo, como el Premio Sajarov y el Premio Nobel de la Paz.
Tal vez los chinos liberen en el 2011 a Xiaobo y a Fariñas lo dejen salir en el futuro. Mientras tanto, lo importante es que la Unión Europea mantenga la prensión económica contra Cuba hasta que se dejen de violar los derechos humanos o el gobierno permita a veedores internacionales visitar la isla.
Ese será el mejor honor que le podrán hacer a este periodista independiente y psicólogo que casi dejó su vida tras una huelga de hambre para continuar la protesta de Orlando Zapata, otro prisionero político que murió en otra huelga de hambre pidiendo por la liberación de todos los disidentes encarcelados.