viernes, 13 de septiembre de 2013

El celibato y la esperanza de la reforma

El papa Francisco sigue haciendo cambios importantes y una vez más es evidente que hay indicios de que la reforma de la Iglesia va en serio, tanto en cuestiones de conducción administrativa como de costumbres arraigadas, como es el caso del celibato obligatorio.
A todas las reformas que ha venido implementando, desde crear una cultura más austera hasta modificar los asuntos económicos y financieros que maneja el banco del Vaticano, tal vez la más audaz es haber retirado al cuestionado cardenal Tarcisio Bertone y nombrar a Pietro Parolin, como secretario de Estado.
Y lo mejor de estos días, es que Parolin, entrevistado por el caraqueño El Universal después de ejercer en Venezuela como Nuncio, abrió de repente las puertas para una discusión postergada en la Iglesia, el tema del celibato, al que bien definió como una cuestión que no es dogma de fe, sino una tradición que data del año 390 de nuestra era.
La admisión del tema ya es en sí un golpe duro para los conservadores de la Iglesia y es tal vez la forma en que Francisco, quien no se ha mostrado públicamente a muy a favor del celibato voluntario, quiere empezar la discusión.
Aunque el tema pareciera superficial ante otros grandes cambios que necesita la Iglesia – incluyendo la ordenación de las mujeres - es muy significativo, ya que abriría las puertas a las vocaciones frustradas, la de aquellas personas que no entienden por qué no se puede servir a Dios y a una propia familia al mismo tiempo.
Lo importante de Parolin y de Francisco es que ya han dicho que todas las reformas que se implementen en la Iglesia deberán estar imbuidas de un “espíritu democrático”, esto es, no solo de que se buscarán decisiones más colegiadas con la participación de todos los obispos o la jerarquía eclesiástica, sino también – y es lo más trascendente – que se escuchará a los fieles.

Parolin dijo que el celibato no obligatorio es un desafío para el Papa, pero confía en que habrá discusión. Seguramente de alcanzarse, será una reforma histórica, otra de las tantas que permitirán a Francisco crear un legado permanente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser sacerdote Católico es una vocación y como otras profesiones requiere de ciertos sacrificios. A quien no le parece pues que busque otra profesión! Esto estaría como que una mujer obesa exija que se le deje participar en un concurso de belleza sin tener que bajar de peso!

Paul Vasso dijo...

Por que tanta insistencia con el celibato? Cuando se comprenden las razones uno deja de cuestionar el asunto.
Por otra parte, aquellos que hablan de "celibato obligatorio" es porque no lo han entendido.
El celibato siempre tiene que ser VOLUNTARIO y por elección propia. Cuando se hace por obligación, no tiene valor místico.
Es una prueba de fortaleza de alma el resistirse a las tentaciones. No se trata de vivir como ermitaño para no ser tentado. Se trata de imitar a Cristo que fue tentado 3 veces y resistió. Nadie lo obligaba, lo hacía por su voluntad.

Paul Vasso dijo...

Es bueno que haya muchas vocaciones sacerdotales y las personas tienen derecho a desear compartir con una familia.
Pero, eso ocurre cuando se piensa en el sacerdocio solamente como profesión igual que ser juez o ser médico.
La iglesia espera que los sacerdotes sean personas especiales con fortaleza espiritual y se cree que el celibato lo demuestra.
No es igual a contratar un gerente de banco según el mejor curriculum, hay que tener algo más.