En una decisión política que
profundizará las diferencias con el gobierno nacional de Cristina de Kirchner, el
jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en un arrebato
por hacer prevalecer el federalismo, sancionó un decreto para proteger la
libertad de prensa, una medida que evita que Cristina pueda disponer mayores
ataques a periodistas y medios de comunicación en la capital del país.
El decreto de “necesidad y
urgencia para la protección de la
libertad de prensa” es una especie de Primera Enmienda o de escudo protector
para evitar que los medios y periodistas puedan ser sometidos a intervenciones
autoritarias del gobierno; todo esto en el contexto de fuertes rumores de
intervención federal sobre la propiedad mediática del Grupo Clarín y de
allanamientos que se han hecho a casas de periodistas críticos del gobierno.
El
decreto no puede frenar ningún tipo de metodología federal contra los medios,
pero dispone que por 30 días esos conflictos deban dirimirse ante el
Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad.
Macri, al momento del anuncio
del decreto, hizo referencias a los artículos de la Constitución (14 y 32) y de
la carta de la ciudad (47) sobre la necesidad de garantizar la libertad de prensa,
además de criticar a la Presidenta por su falta de vocación a favor de la
libertad de prensa, denunciando que el gobierno federal también insiste en
discriminar a los medios a través de la publicidad oficial.
Para
que el decreto siga teniendo vigencia después de los 30 días, deberá ser
sancionado por la Legislatura porteña.
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