miércoles, 2 de enero de 2013

Sin abismo; otros precipicios se avecinan


Finalmente la actitud persuasiva de Barack Obama se puso de manifiesto para que EE.UU. no cayera a principios de este año en el abismo fiscal, un lío económico difícil de entender para el ciudadano medio que auguraba desastre para el país y para la economía mundial.

Primero con un Senado favorable y anoche con una Cámara de Diputados liderada por la oposición, se logró el acuerdo fiscal que permitió por ahora reducir las fricciones entre Demócratas y Republicanos y lograr un acuerdo que, aunque no sea de total agrado de Obama, compra tiempo para la economía para los próximos precipicios que se avecinan.

Con este acuerdo, lo principal es que continuará el recorte de impuesto que ya había establecido George Bush y que será la clase más rica, las familias que ganen 450 mil dólares y más, los que tendrán que pagar más al fisco. Obama quería que la cifra tope fuera 250 mil. También el Estado prorrogó el pago a los desempleados cuyo término estaba por expirar y no hubo recortes de gasto público.

Las bolsas del mundo reaccionaron muy bien, aliviadas por la noticia y con cierto optimismo en un año nuevo que todos esperan, y hasta auguran como el Papa Benedicto XVI, que sea de paz y prosperidad y que Europa también salga de su propio cataclismo.

EE.UU. sabe que el acuerdo fue importante y compra tiempo. Es que en los próximos meses deberá enfrentar acuerdos para otros abismos, el presupuestario y el de la deuda. Seguramente los republicanos tendrán más fuerza para exigir a Obama que haga más recortes en gastos sociales, que achique al gobierno y al Estado.   

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