martes, 12 de junio de 2012

Canibalismo, sales y refrescos

Definitivamente vivimos en un mundo de locos. Mientras el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg está tratando de prohibir la venta de refrescos azucarados más grandes de 16 onzas o de casi medio litro para combatir la impunidad, en la Florida, la procuradora general está tratando de prohibir drogas sintéticas que se venden en forma legal bajo el nombre de “sales de baño”, a las que se señala como responsables de un acto horripilante de canibalismo en un puente que une a Miami de Miami Beach hace un par de semanas.

En la picota están dos industrias a las que se acusa del mal, por un lado los fabricantes de bebidas y comidas a las que se acusa por haber disparado la gordura de la población y los altos índices de gastos en el sector de la salud. Por el otro, una industria nacional e internacional obcecada dedicada a sortear todo tipo de prohibiciones legales para abrazar químicos nuevos y domésticos con los que se producen drogas sintéticas, causantes de una destrucción mayor de la juventud de la que puede producir el tejido adiposo.

Parece irrisorio que tenga que haber esfuerzos de parte de la procuradora general de la Florida, Pam Biondi, para prohibir las llamadas “sales de baño”, que se venden casi como golosinas en estaciones de gasolina y tiendas especiales, y cuyos fabricantes consiguen siempre nuevas combinaciones químicas para burlar nuevas prohibiciones.

 “Podríamos tener 10,000 sustancias prohibidas dentro de poco, mientras los químicos en China, o dondequiera que estén, las siguen modificando”, dijo Tommy Ford, un mayor en la policía del condado Bay, quien presentó por primera vez en el 2011 el tema de las sales de baño a la atención de Bondi, según un informe de hoy de El Nuevo Herald en Miami.

“No hay aún disponibles informes de toxicología para mostrar si Rudy Eugene usó las llamadas sales de baño o cualquier otra droga, aunque algunos agentes de la policía han especulado que podría haber consumido sales de baño o drogas similares cuando atacó a Ronald Poppo”, según el diario. ENH identificó a las sales de baño y otras drogas sintéticas que se venden bajo marcas no amenazantes, como Ola de Marfil, Cielo de Vainilla o Polvo de Duendecillo, a menudo en paquetes marcados “no para consumo humano”. Los efectos colaterales pueden incluir alucinaciones violentas, agresividad, altercados físicos e intentos de suicidio.

El mercado de drogas sintéticas también incluye sustancias creadas para imitar los efectos de la mariguana, a menudo en productos etiquetados como incienso.

En marzo del 2011, la agencia federal antidrogas (DEA) colocó una prohibición de emergencia en muchas drogas sintéticas. En el 2011 y el 2012, el gobernador Rick Scott firmó una legislación que agregaba docenas de compuestos de drogas sintéticas a la lista de sustancias prohibidas.

Esfuerzos similares se realizan a nivel nacional, y las cifras muestran que han descendido las informaciones de incidentes que involucran “sales de baño” y mariguana sintética.

La Asociación Estadounidense de los Centros de Control de Veneno informó de 720 llamadas relacionadas con la exposición humana a las “sales de baño” en el 2011, comparadas con 295 en mayo del 2012. Los centros de veneno informaron de 494 llamadas relacionadas con la mariguana sintética ese mes, por debajo de las 597 de mayo del 2011.

Por otra parte, es interesante un cambio de perspectiva que empieza a extenderse en Estados Unidos, luego de que el tema de la legalización de las drogas ha entrado en etapas de debates congresionales en países como Argentina y México entre otros, como un mejor paliativo en contra del narcotráfico y del consumo de estupefacientes.

Este lunes, el zar antidrogas, jefe de la Oficina de Control Antidrogas de la Casa Blanca estadounidense, Gil Kerlikowske, dijo que el consumo de drogas debe ser tratado como un problema de salud y no solo como un tema criminal, lo que implica cambiar leyes y mentalidades.

“Demasiadas leyes y regulaciones que fueron aprobadas para frenar o castigar el consumo no distinguen entre la persona que continúa utilizando drogas y la que está en el camino de la rehabilitación”, añadió, en un discurso pronunciado en un centro de recuperación en Rancho Mirage, California.

En abril, su oficina divulgó una nueva estrategia anti drogas que propone más de un centenar de cambios en la legislación federal y en los programas de lucha contra el narcotráfico, para lidiar con el problema de 23.5 millones de estadounidenses que se encuentran en tratamiento para superar una adicción al alcohol o a los estupefacientes.

El consumo de cocaína ha caído un 40 por ciento desde el 2006 y el consumo de drogas en general se ha reducido en un tercio desde 1979 en Estados Unidos. Sin embargo, el consumo de marihuana entre los jóvenes se mantiene estable, y nuevos fenómenos como las drogas sintéticas causan alarma entre las autoridades por sus efectos devastadores.

Si bien es saludable el debate generado en Nueva York en torno a los refrescos azucarados, pareciera que la batalla contra los males que acechan a nuestra juventud está un poco desencajada.

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