jueves, 9 de febrero de 2012

Obama y la natalidad


El presidente Barack Obama la tiene difícil. Los republicanos encendidos en su campaña por robarle el sillón presidencial están pegándole en un flanco débil, un decreto por el cual se limita la Primera Enmienda respecto a un decreto presidencial sobre control de la natalidad, tema sensible y que condiciona la libertad religiosa.

Aunque el tema nos retrotrae a medio siglo atrás, recobra importancia dada el origen religioso católico de Rick Santorum, quien arrasó con triunfos en las elecciones primarias republicanas de esta semana en Misuri, Minesota y Colorado, dejando por atrás a otro religioso practicante, el mormón Mitt Romney, quien también está apuntándole a Obama.

El Presidente de EE.UU. procura, según su decreto, que en toda dependencia gubernamental y no gubernamental se exija la distribución gratuita a las mujeres empleadas de píldoras anticonceptivas.

El decreto de Obama no es procedente por inconstitucional. Viola principios establecidos en la Primera Enmienda en materia religiosa en el que se establece que no podrá haber ley alguna que contravenga esa libertad de culto. Bajo este principio, organizaciones o escuelas religiosas, por ejemplo las católicas, se verían obligadas a controlar la natalidad con anticonceptivos, algo que es contrario a sus enseñanzas y conciencia.

Notoriamente, Obama tendrá que modificar sus aspiraciones, ya que desde el punto de vista constitucional – además del electoral - esta es una pelea muy fácil para perder. Se trata de dar a los republicanos un arma fácil para fastidiarlo y, en las condiciones en que se encuentra la economía, Obama no querrá mostrar otro flanco más débil aún.

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