martes, 18 de enero de 2011

La hipocresía sobre las armas de fuego

La matanza de Tucson, Arizona, en la que murieron a sangre fría seis personas, 14 resultaron heridas, entre ellas la congresista demócrata, Gabrielle Giffords, no azuzó el debate sobre las armas de fuego como se suponía, sino más bien reactivó un montón de proyectos de ley en varios estados del país que pretenden menos restricciones para su compra y su portación.
Se trata de una actitud bastante hipócrita, de espalda a lo sucedido, aunque quienes creen en las armas, muchos legisladores republicanos y la Asociación Nacional del Rifle, consideran que la libertad sobre ellas, garantizada por la Segunda Enmienda constitucional, ha evitado que se produzcan muchas otras masacres.
Según un cable de la AP, en los últimos se aprobaron muchas leyes en Arizona para que permiten la compra y portación de armas en “casi cualquier lugar y en cualquier momento”, y que incluso días después de la matanza perpetrada por Jared Loughner el 8 de enero, se presentaron nuevos proyectos de ley que propenden aún a menores restricciones.
Los republicanos en Arizona aducen que nada les disuadirá para seguir con su agenda a favor de las armas, como una nueva regulación que, de aprobarse, permitirá a los profesores universitarios a portar armas ocultas en los recintos académicos. Según la AP, solo Utah permite la presencia de armas en universidades y 24 estado las prohíben.
Por otra parte, en el Congreso de la Florida se han propuesto tres proyectos de ley que restringen a los gobiernos locales regular sobre armas de fuego, “prohibir a los médicos que pregunten a sus pacientes si tienen armas y permitir que la gente las porte de manera abierta, sin ocultarlas, incluso en los recintos universitarios”, según reportó el domingo pasado el The Miami Herald.
A decir de este diario, Estados Unidos tiene índices de asesinato mayores que el resto de los países industrializados. Dos terceras partes de los homicidios en la Florida y el país se cometen con un arma de fuego, según estadísticas del FBI y de la Florida. La NRA afirma que habría más asesinatos sin derecho a tener armas.
Es obvio que a partir de estos datos objetivos, existe una clara hipocresía en EEUU cuando se habla sobre el derecho a portar armas de fuego, algo que parece estar más de acuerdo a las necesidades económicas e intereses de la industria que a la realidad del país.
Uno pensaría que ahora que hay con Barack Obama un desarme oficial y formal en materia de armas nucleares entre EEUU y Rusia, habría una mejor actitud y cultura para discutir sobre el desarme interno. Pero no es así.  

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