viernes, 28 de enero de 2011

Faraónica censura


En Egipto el presidente Hosni Mubarak aplicó una censura faraónica sobre el internet, las redes sociales y la telefonía celular con el ánimo de dividir a los jóvenes que usando las nuevas tecnologías armaron gigantescas manifestaciones para protestar por la opresión de décadas desde principios de seamana.
Esta censura sin precedentes de la historia moderna apagó literalmente las comunicaciones en todo Egipto dejando a 83 millones de personas prácticamente en la época de las momias y los faraones, podría convertirse en un búmeran para el gobierno ya que puede incentivar mayores furias que desemboquen en protestas más peligrosas.
Mubarak ordenó un apagón general de las comunicaciones que afectó el viernes a las cuatro operadoras mayores de internet, Link Egypt, Vodafone/Raya, Telecom Egypt y Etisalat Misr, además de dejar inoperativos a las redes sociales, como Facebook y Twitter.
Si bien el gobierno logró controlar la situación, reducir las protestas  y dictó algunas medidas, como la renovación de un nuevo gabinete, aunque no la auto remoción del Presidente, no se sabe a ciencia cierta cuál será la actitud de los jóvenes egipcios cuando se restablezcan las comunicaciones y puedan volver a organizarse. Puede ser que busque que ocurra lo de Túnez, donde se obligó a al presidente Ben Alí a escaparse del país, o que se imponga algún otro tipo de censura como se impuso en Irán el año pasado para controlar a quienes seguína denunciando el fraude en las elecciones.
EEUU pidió libertad de expresión y que Mubarak convierta sus promesas en acciones, incluso la de restaurar las comunicaciones. Habrá que ver en las próximas horas si lo hará y cuáles serán las reacciones.
Lo que realmente se ha probado en estas revueltas en Túnez, Egipto, Yemen, Líbano y Libia, es que el internet y la reacción en cadena que provoca la interactividad en las redes sociales, son elementos esenciales para que se acaben las dictaduras.

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