martes, 12 de octubre de 2010

Todo es Chile

Hay noticias incomparables y ser testigos de ellas es indescriptible. La ansiedad y la incertidumbre suelen dar cierta magia a estos momentos, así como ver al hombre dar el primer paso en la Luna o al primer minero salir a la superficie en la mina San José. Esta noche, tal vez, gracias a la tecnología hubo más testigos que entonces pero quienes vivimos ambos acontecimientos podemos dar testimonio en el futuro de que se trató de un episodio emocionante y de valor universal, ya que los sentimientos no tienen fronteras ni colores.

Ver a Florencio Avalos salir a la superficie después de 70 días y a su hijo gritar a sollozos es tal vez el momento que nos quedará grabado a muchos. Se trató del encuentro no solo de Florencio y su hijo, sino también de Florencio y la humanidad, del dolor y la alegría, de la tragedia y el gozo.

El gobierno y el pueblo chilenos tienen gran mérito. Siempre creyeron en el rescate. Fueron optimistas, pero organizados. No crearon falsas expectativas y fueron precavidos y muy realistas. Y fueron y son muy autocríticos de todas las fallas que han tenido en estos años con una mina que falló y tuvo varios accidentes.

Pero más que todo le debemos a los mineros que enterrados supieron permanecer en orden, organizados, respetuosos, esperanzados, alegres, supervivientes. Nos dieron la esperanza de que ante las mayores tragedias el espíritu humano siempre pueda prevalecer y que siempre se refugia en Dios para buscar fortaleza y sabiduría.

Hoy le debemos mucho a Chile, a sus mineros, a su gente y a su gobierno. El ejemplo chileno es inconmensurable.

1 comentario:

Juan David Nau dijo...

La operación de rescate es impecable y la imagen de Chile como país de avanzada queda muy por encima del resto de América Latina. Sólo el ridículo de Evo ha empañado un poquito la situación. Qué gana de robar cámara la de ese mediocre.