Hoy tuve el privilegio, junto con una delegación de la SIP, de estar almorzando por tres horas con Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y uno de los personajes más admirados de su país, en sus oficinas corporativas de Imbursa en la capital mexicana.
Los temas fueron tan variados y diversos como las empresas que componen su fortuna y la pluralidad de sus actividades filantrópicas. Cordial, sencillo, de risa fácil, seguro y líder en todos los temas de conversación, nos atendió con mole, carne asada y un consomé de pollo, en un almuerzo distendido donde mostró su pasión por sus nuevos proyectos arquitectónicos.
Algunos de esos proyectos, un centro cultural donde habitará su actual Museo de Arte Soumaya, en memoria de su esposa fallecida, ya pronto a ser inaugurado, que seguro se transformará en uno de los íconos de la Ciudad de México; junto a dos museos, uno de arte clásico y otro de arte contemporáneo. Todo este grupo cultural dará cabida a su colección privada de arte, compuesta por Renoirs, Pizarros, Riveras y esculturas de Dalí y Rodin, obras todas entre las que almorzamos y disfrutamos.
El contraste es difícil no sentirlo. Comimos con vajilla y cubiertos de Sanborns – su cadena de venta de libros, discos y comidas - él usaba un traje que no era de diseñador y un reloj pulsera Swiss Army con correa de cuero; y detrás un imponente Cristo crucificado de bronce de Salvador Dalí y un Van Gogh de sus primeras épocas.
Mucha pasión dedicó a comentarnos sobre las obras de reciclaje arquitectónico que está generando en varias partes de la República, como en Veracruz, así como regeneró el Centro Histórico de la capital mexicana y ahora está construyendo la plaza Guadalupana, al lado de las basílicas de la Virgen de Guadalupe, donde hay una gran explanada para recibir a las peregrinaciones de todo México y un centro médico para atender a los peregrinos; una arquitectura cuyo reto es soportar el hundimiento constante de la Ciudad de México debido a la sobre explotación de la napa acuífera.
Su otra pasión no fueron sus empresas, su dinero ni sus gustos; sino las obras de filantropía que desarrolla a través de su fundación, especialmente en torno a sus objetivos prioritarios: educación, salud y empleo. Está convencido que toda su obra no es sobre caridad sino sobre responsabilidad social. Ante algunas de las dudas que se plantean sobre si está bien o no la posición que Bill Gates y Warren Buffet adoptaron sobre regalar la mitad de su fortuna a obras de beneficencia, antes o después de morir, Slim cree que Gates va por buen camino porque ya está haciendo obras, pero considera que no es bueno regalar el dinero, ya que como empresario tiene una responsabilidad social que va mucho más allá. “Los empresarios sabemos resolver problemas, debemos administrar los talentos”, dijo, argumentando de el dinero se pierde o malgasta cuando se regala.
Recalcó que lo importante y su responsabilidad y misión como empresario es seguir construyendo más riqueza e invertir, de tal forma de generar más empleo y de esa forma reducir la pobreza en México, lo que consideró su mayor desafío y pasión.
Muchos de los otros temas estuvieron dedicados al trabajo de la SIP a favor de la defensa de la libertad de prensa. En la conversación estuvimos Alejandro Aguirre, presidente de la SIP; Juan Francisco Ealy Ortiz, presidente de El Universal de México; Roberto Rock, asesor de la presidencia de El Universal, Julio Muñoz, director Ejecutivo de la SIP, y yo. Fue una experiencia de aprendizaje.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo con la filosofía de Slim de invertir para generar empleo y riqueza de manera sostenible. Con el mismo dinero con el que comerían mil familias durante un mes si se les regalara, esas mismas familias podrían subsistir toda una vida, si es bien invertido. !Mucha sabiduría!
Muchas de las personas mas ricas del mundo aplican principios similares a los que se mencionan aqui. Es algo que llaman Beneficiencia Positiva. Solamente hacen contribuciones cuando estan seguros de que el dinero va a ser usado de acuerdo a sus objetivos. Muy distinto de los millonarios del siglo pasado, como Henry Ford, cuya Fundacion esta en manos de izquierdosos y usan su dinero para atacar la libre empresa.
Me mato esa frase que dice que los empresarios sabemos resolver problemas...debemos administrar talentos.....
Exelente....si algun presidente de nuestra querida latinoamerica, se diera cuenta que es un empresario y que administra una gran empresa llamada pais....America volveria a ser el eden!!!!!
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