lunes, 26 de abril de 2010

Correa confundido

En su habitual espacio de propaganda de los sábados a través del cual el presidente Rafael Correa habla mal e insulta a periodistas y medios de comunicación tratándolos de mentirosos y de golpistas, se le ocurrió una nueva treta, en pleno desconocimiento de lo que significa la labor de la prensa en una democracia.
Correa insistió en su alocución 169 desde que inaugurara su espacio en enero de 2007, al cual luego le sumó el espacio de propaganda para desacreditar a la prensa, que cesará de insultar a los periodistas si los medios dejan de “calumniar” su gobierno, siendo la primera vez que un presidente plantea un “pacto” de esta naturaleza, como si una denuncia o crítica tapara a la otra.
El “pacto” planteado por Correa es una afrenta contra el derecho del público a la información y contra la libertad de expresión, puesto que pretende que haya una especie de autocensura para no dañar a su gobierno. Esta actitud desenmascara la verdadera intención de su espacio destinado exclusivamente para ser utilizado con revanchismo y venganza contra aquellos que lo critican, más allá de si lo que se dice, denuncia u opina es verdad o falso.
El espacio de Correa, pero más que todo en la forma que lo utiliza, es un abuso de poder. Debería revisar cuales son los roles que las instituciones tienen en una democracia. Un Presidente no tiene el derecho a vilipendiar a las demás instituciones de un país.

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