domingo, 11 de octubre de 2009

La fabricante de medios

Cristina de Kirchner se salió con la suya y festejó. El Senado, como estaba previsto y arreglado – coimas de por medio – se alineó para votar a favor (44 a 24) de la nueva ley de radiodifusión y con ella, Cristina y su marido, lograron lo que querían: “frenar” a Clarín y empezar a tejer una red de medios para el futuro y a su favor. En realidad, la nueva legislación es casi una fábrica de medios.

Lo más triste es que la Ley de Medios no sufrió ningún tipo de cambios como reclamaba una oposición que al final terminó diezmada. Lo más grave es que el Poder Ejecutivo no está obligado a nada, ya que no se hizo transparente el tema de la pauta publicitaria oficial y tendrá un control casi total sobre la radio-tv y el cable, con un órgano de control en el que tendrá cinco de sus siete miembros. Los multimedios tendrán que vender sus licencias en un año lo que se prevé alimentará una industria de litigios en contra del Estado.

Algunos detalles de la ley son bastante sorprendentes, como que dividió en tres partes iguales a los poseedores de los medios: estado, comunitarios y privados. Lo que daría apariencia de pluralidad, en realidad es todo lo contrarios, porque es fácil advertir que el Estado está ampliando considerablemente sus medios de propaganda.

También resulta inusual que el Estado regule el tema de los cables prohibiéndole a los cableros tener licencias de tv abierta o producir más de una señal de cable, arrogándose además, el derecho de adjudicar las frecuencias en ciudades de más de 500.000 habitantes.

El diario Clarín en sus páginas del sábado, después de que la ley fue aprobada en lo particular a las seis de la mañana señaló lo que todos ya venían advirtiendo: “Desde su origen, el proyecto tuvo el nombre de su destinatario: apuntó específicamente contra el Grupo Clarín. Los ataques del Gobierno y sus partidarios comenzaron durante el conflicto con el campo. Se profundizaron durante la campaña para las elecciones legislativas de junio, cuando el ex presidente Néstor Kirchner popularizó su latiguillo de "¿Qué te pasa, Clarín?". Luego llegó la compulsiva re estatización de la televisación del fútbol. Y más recientemente aún, y tras otras agresiones, el injustificado operativo intimidatorio de cientos de agentes de la AFIP en la sede del diario”.

No caben dudas de que Cristina y su esposo están tratando de convertirse fabricantes de medios.