viernes, 7 de agosto de 2009

¿Y los hondureños?

En períodos conflictivos como el que vivimos hoy en Latinoamérica, la avidez de apoyo popular crece entre los líderes políticos de la región para hacer prevalecer sus ideas, justificar sus acciones y demostrar su poder.

Las crisis más agudas exigen a los gobernantes un mayor sostén público. Así sucede en los actuales conflictos latinoamericanos - limítrofes, ideológicos, económicos o de índole militar – como en el caso de Honduras, donde la ciudadanía está siendo tironeada a diario entre dos posiciones opuestas, como las del presidente depuesto Manuel Zelaya y el designado Roberto Micheletti.

Las permanentes marchas a favor de uno y otro dirigente, demuestran que muchos ciudadanos se adhieren genuinamente a una causa. Varios son persuadidos, otros manipulados, pero, en definitiva, en las muchedumbres todos son estimulados y halagados para defender ideas propias y ajenas.

El riesgo es que ese entusiasmo y apasionamiento no sea reciprocado por quienes antes lo incitaron, ya sea porque el enfoque defendido cambia de repente, debido a que el líder modifica su posición o la altera para pactar con la otra fuerza política, como seguramente ocurrirá si la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, resulta exitosa.

En el proceso de arbitraje actual, parece que el protagonista principal, ese que es cortejado y mimado en cada elección, está ausente. Al partidario fiel se le toma en cuenta solo para hacer masa. Nadie parece preguntarse ¿cómo se sentirían los seguidores de Micheletti si acaso su gobierno decide aceptar la restitución de Zelaya? o ¿cómo se sentirían los seguidores de Zelaya, si aceptara volver condicionado a la Presidencia, sin posibilidad de reelección?

La respuesta: muy decepcionados y traicionados. Con un ingrato sabor por haberse dejado inducir las broncas y robado las ilusiones; burlados e impotentes por haberse dejado manipular y utilizar, para luego ser desechados. Descartados.

Los individuos que se masifican en respaldo de uno u otro sector, cuanto más tiempo se someten a las arengas y a las exaltaciones, más difíciles se vuelven de controlar y mucho mayor se hace su presión.

Ni Zelaya ni Micheletti pueden negociar o ceder tan fácilmente sin considerar la presión de sus seguidores. La destitución de Zelaya es apoyada por un gran multitud que no quiere un país autocrático chavista, persuadida de que si regresa a la Presidencia, por más condiciones que se le impongan, su tozudez le hará seguir buscando mecanismos para reformar la Constitución, emulando a su gestor, Hugo Chávez, que aunque negó varias veces la reelección, consiguió esa posibilidad a perpetuidad. Quienes apoyan a Zelaya, lo consideran el líder, que de tener el tiempo suficiente, los puede sacar de la pobreza, dándoles empleos y/o dádivas, mayor dignidad, y acabar con el sometimiento a “las oligarquías dueñas del país”.

Si el presidente costarricense pretende que se cree un gobierno de reconciliación y unidad con la restitución de Zelaya – como reclama la comunidad internacional - no se debería solo articular un pacto político, sino generar un diálogo incluyendo el sentir de otros sectores sociales que claman por tener garantías de que Zelaya se irá sin chistar llegado su término a mediados de enero. Al mismo tiempo, debería pedir que bajen los decibeles belicistas aquellos ruidosos como Hugo Chávez, quien está instigando a la violencia y avivando la insurrección armada, y como Daniel Ortega, quien presta su terreno para esos objetivos.

Sería importante, además, que así como se han impuesto sanciones al gobierno de Micheletti, también se le impongan a Zelaya, en caso de que continúe arengando a lo que llama su “ejército del pueblo”, una masa transformada ya en fuerza de choque que utilizará como escudo humano para reingresar al país. El peligro, es que la alta volatilidad de la masa y la pasión que los activistas e infiltrados tienen por los desbordes y la violencia, predicen consecuencias nefastas como ya empezaron a suceder.

Si realmente se pretende la paz y la unidad para superar la crisis, además de reducir los ruidos que impiden el diálogo profundo, se deberían encontrar formas para que los ciudadanos sientan que sus preocupaciones están incluidas. Un ciudadano descartable, despechado, tarde o temprano, buscará otra masa donde anidar, para así continuar con su peligroso derrotero.

3 comentarios:

Luis Rubiano dijo...

Dice nuestro insigne periodista que si vuelve zelaya a la presidencia y no le permiten la reeleccion sus seguidores formarian una alharaca, no entiendo, si precisamente fue desaforado por irrespetar ese termino petreo de la Const. Lo que si pueden estar seguros es de que si pone un pie en los estribos del gobierno nuevamente, hara lo mismo que los chupamedias del dictador castroestalinita chavez, repartir millones enviados por el gorila rojo, hacerse de una clientera, regalar miles de celulares, y hacer que parte del pueblo exija un referendo, luego llamar a una constituyente, cambiar la Const. y ahi lo tendran como a fidel castro, hasta que la muerte lo separe..En Nicaragua ya el violador ortega anuncio su reeleccion, a tan corto tiempo del escandaloso fraude en las elecciones municipales, y correa, auxiliar de las narcoguerrillas farc-eln, quien recibio 400,000 de ellos para su campana electorera igual, todos ahorita contra Honduras y que dice la oea inservible e inutil, comprada por los narcotraficantes comunistas?Que dijeron los insulzas cuando chavez perdio el referendo del 2-12-07 que le prohibia la reeleccion de por vida? Ni pio y chavez le grito al pueblo entonces , administren esa m...?Lo recuerdan? y ya es un tirano, golpista , que cierra las cadenas de radio y tv y prensa cada vez que le da la gana.Respeto en Honduras, porque todo se hizo bajo la ley y de acuerdo con la letra viva de la Const...?Con que moral le exigen a Honduras si hasta los castro, esos eternos dictadores fusiladores asesinos estan en el circo del alba? Con ese rabo de paja que tienen esa turba de malandros fraudulentos y guerrilleros, saboteadores de la democracia, es para que fueran mudos...

Anónimo dijo...

No se puede pedir peras al olmo, Mel Zelaya fue electo presidente de Honduras, no por la mayoria de votantes, fue la ausencia de mas de un 50% de votantes lo que permitio que este altanero y egocentrista llegara a tan alta magistratura. El pueblo hondureño no merecia tener un presidente carente de los fundamentos basicos para gobernar una nacion. Su falta de sentido comun lo convirtio en una facil presa para Hugo Chavez, quien a base de dolares del pueblo venezolano y un narcotrafico bien organizado logro comprar voluntades, de esos individuos que con el derrocamiento de "Mal" Zelaya ven como desparece la fuente de ingresos a los que ya estaban acostumbrados. Si se observa la lista de privilegiados recibiendo varios miles de dolares por servicios(entre comillas) prestados en relaciones exteriores, llegaremos a la conclusion que son ellos los que diariamente escriben defendiendo a Zelaya y acusando de golpistas a quienes libraron a Honduras del peor presidente en su historia. Que indigno el comportamiento de esos dirigentes sindicales que claramente demuestran su ira de perder los ingresos que les proporcionaba el ahora itinerante ex-presidente. Esos maestros que muestran su poca vocacion ausentandose de sus labores, pero si preguntando si ya llegaron los cheques de pago, ellos no pueden estar dando a nuestros niños los principios basicos para quelleguen a ser buenos ciudadanos. Es tiempo ya de eliminar todos esos tumores malignos enquistados en el cuerpo de la nacion.

Dunia Orellana dijo...

Felicidades creo que de todos los artículos publicados después del golpe o sucesión constitucional es el mejor. Creo que guardó el equilibrio. lo invito a que escriba por los que no estamos a favor ni de Zelaya ni Micheletti y le aseguro que somos la mayoría de la población hondureño, lo único que todavía no hemos encontrado un medio que nos represente