jueves, 25 de diciembre de 2008

Una Navidad diferente

Esta Navidad seguro es diferente para todos. La recesión económica nos está afectando a todos por igual, no tan solo por tener menos que gastar que en años anteriores, sino porque la crisis económica mundial nos ha dado un sentimiento de incertidumbre hacia el futuro como nunca lo hemos tenido antes.

Si el futuro es incierto para los bancos y las grandes corporaciones, uno tiende a pensar que será también incierto en nuestro plano individual y familiar, por ello las restricciones en los gastos, el cuidado en el despilfarro y el pensamiento en un futuro que puede ser aún peor.

Este año ha tenido unos vaivenes inverosímiles. Con el desempleo y la pobreza crecientes, muchos han intentado ganar dinero en la especulación y sin trabajar, lo que denominamos siempre como la “plata dulce”, así vimos en Colombia como una pirámide financiera creció hasta la estratósfera, hasta que de la misma forma que se pinchó la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, se derrumbó arrastrando a miles de ahorristas. No sólo ese sueño – codicia al fin – fue a nivel individual, sino que como nunca se vio extendida a nivel internacional con el sistema de fraude de Bernard Madoff quien embaucó hasta bancos prestigiosos en más de 50.000 millones de dólares con ganancias al por mayor.

Dadas estas circunstancias no hay mucho que celebrar y mucho que reflexionar. Tal vez esta vuelta de tuerca nos haga pensar en el espíritu navideño, aquel del que nos fuimos alejando gracias a un consumismo cada vez más feroz en el que nos vemos atrapados. Tal vez haga aflorar esos valores que han quedado rezagados y que son necesarios para que hagamos de este mundo un mejor lugar para vivir, y sentirnos agradecidos a Dios de lo que tenemos, así sea familia, salud, trabajo, amor, unión, paz, prosperidad; y pensar y hacer algo por quienes tienen solo parte de esa dicha.