lunes, 1 de septiembre de 2008

La impotencia frente a la inseguridad

Como en muchos países del mundo, la gente se está rebelando en contra de los gobiernos debido a la falta de ineficacia del poder público para combatir la inseguridad. Este fin de semana, los mexicanos, cansados de la impotencia que significa vivir en medio de la violencia, salieron a las calles de todo el país hastiados por la ola de violencia y de un gobierno incapaz de neutralizarla.

Siempre recordaré a mi amigo Jesús Blancornelas, director del semanario Zeta de Tijuana, y quien tuvo que soportar el asesinato de tres de sus periodistas y un atentado en su contra, cuando me dijo: “Lo que sucede en México es que el crimen está organizado y la policía desorganizada”, una manera de adjudicarle su condición de corrupta, infiltrada y vendida al narcotráfico.

Los mexicanos están cansados del crimen y dijeron ¡basta ya! después de que esta semana se encontraron más de una quincena de personas decapitadas y continuó en forma rampante el número de secuestros. El sábado por la noche, los mexicanos cantaron el himno nacional y pidieron a gritos que se vayan todos los encargados de Seguridad Pública del gobierno, incluyendo el presidente Felipe Calderón, que por más que sacó a los militares a las calles en la zona fronteriza con Estados Unidos para combatir el narcotráfico, todavía no ha podido producir una sola victoria.

La inseguridad es un tema que, hoy por hoy, las encuestas la sitúan como la epidemia mayor de América Latina, especialmente porque ataca al ciudadanos común y porque utiliza y corrompe a los jóvenes, el segmento poblacional más vulnerable, como queda demostrado en México. Quinientos diez mil seiscientos estudiantes de un total de 3.700.000, el 13.8 por ciento, dijo haber sido víctimas de secuestros, violaciones, robos o asaltos, riñas o peleas, incidentes de tránsito y detenciones.

Pero el mismo sondeo, el primero de nivel nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública entre jóvenes de 15 a 19 años de edad, muestra que 481.000 estudiantes dijeron formar parte de una pandilla.

Los países que no saben proteger a sus jóvenes, comprometen el desarrollo.

PD: Si hoy fueran las elecciones presidenciales en Estados Unidos:
Votaría por los Republicanos. La nominación de Sarah Palin me gustó. No sé por qué todavía, pero me basta para inclinarme a favor de los Republicanos.